En septiembre, una curiosa y colorida tradición se apodera de muchos rincones del mundo: regalar flores amarillas.
Este gesto, que puede parecer simple a primera vista, está cargado de simbolismo y emociones profundas. Pero ¿por qué precisamente flores amarillas y por qué en septiembre?
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¿Por qué se regalan flores amarillas en septiembre?
El 21 de septiembre marca el inicio de la primavera en el hemisferio sur, una estación asociada con el renacimiento, la renovación y la alegría.
Las flores amarillas, con su vibrante color, simbolizan precisamente estos sentimientos. El amarillo es un color que se asocia con la felicidad, la energía y el optimismo.
Regalar flores de este color es una manera de transmitir buenos deseos y celebrar la llegada de una nueva etapa llena de luz y esperanza. Así lo destaca el diario EL TIEMPO.
Floricienta en la tradición de las flores amarillas
Además del simbolismo estacional, la cultura popular juega un papel crucial en la popularización de esta tradición.
En particular, la telenovela argentina ‘Floricienta’, emitida en 2004, tuvo un impacto significativo. En la serie, el personaje principal expresa su deseo de recibir flores amarillas el primer día de la primavera.
Esta escena resonó tanto con la audiencia que, desde entonces, regalar flores amarillas en septiembre se convirtió en una tendencia que se ha mantenido viva a lo largo de los años.
En la historia de ‘Floricienta’, el personaje principal asocia el 21 de septiembre con un momento especial en el que la persona amada le regalaría flores amarillas. Desde entonces, los seguidores de la serie comenzaron a celebrar el día regalando flores amarillas a sus seres queridos como símbolo de amor, esperanza y nuevos comienzos.
Con el paso del tiempo, esta costumbre se ha vuelto viral en plataformas como TikTok e Instagram, donde la gente publica fotos con flores amarillas para recordar la tradición o simplemente compartir un gesto bonito.
¿Qué más significan las flores amarillas?
Regalar flores amarillas no solo es un gesto de celebración de la primavera, sino también una expresión de amistad y amor.
En muchos lugares, estas flores se obsequian entre amigos y seres queridos como una manera de fortalecer los lazos afectivos y compartir momentos de felicidad. Es una forma de decir “te aprecio” y “quiero que seas feliz” sin necesidad de palabras. Asegura Andrea Venegas, cuyas flores preferidas son los girasoles.