Don Francisco es el éxito encarnado en un periodista y un presentador de televisión. Pero también es el reflejo del pasado y del momento más importante de la televisión en Chile, Latinoamérica, Estados Unidos y el mundo, y que difícilmente volverá a repetirse.
El hombre detrás de este personaje extrovertido, juguetón, risueño y vanidoso se llama en realidad Mario Kreutzberger y en la intimidad se describe a sí mismo como alguien callado, taciturno y un poco triste.
“Quizás a muchos les resulte difícil creer, pero mis amigos me llaman ‘tristón’, y es porque si hay algo que tampoco pude aprender en la vida personal fuera de la pantalla, es a ser alegre y positivo. Creo también que esta actitud que tengo en la vida privada es parte de mi permanente estado de inseguridad”, dice Don Francisco al final de su autobiografía titulada ‘Con ganas de vivir’, que se publicó en mayo de este 2021.
Esta contradicción no es la única que se ve reflejada en el libro de 387 páginas.
Pese a tener el récord Guinness por ser ‘Sábado Gigante’ el programa de más larga duración en la historia de la televisión con 53 años ininterrumpidos de transmisión (de 1962 a 1992, en Chile, y de 1986 al 2015, en Estados Unidos), tener una Estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, varios Emmy y reconocimientos, Kreutzberger confiesa que siempre ha luchado con el miedo al fracaso.
Incluso entiende el éxito como resultado de lo fortuito o de la testaruda perseverancia, más que como la consecuencia de lo metódico y planificado.
El mismo nombre del libro, ‘Con ganas de vivir’, es una especie de paradoja para un hombre que cumplió 80 años en diciembre del año pasado; y Don Francisco lo reconoce: “Hoy que el tiempo poco a poco se me está agotando, aprecio cada uno de esos instantes con genuina modestia”.
Sin embargo, el autor confiesa que ha sido feliz, que está agradecido con Dios y con la vida por sus triunfos en la televisión y en la familia, junto con su esposa Temy, con quien lleva seis décadas casado; y de haber sido el primer hijo de un matrimonio judío polaco-alemán, que milagrosamente se salvó del campo de concentración Buchenwald en Alemania para llegar a Valparaíso en 1939.
Pero al mismo tiempo sus confesiones recuerdan con un poco de amargura que ‘Sábado Gigante’ fuera cancelado en septiembre del 2015, cuando quería que permaneciera como show de Univisión con otros conductores.
Tal vez los lectores más jóvenes no tengan presente quién fue Don Francisco y qué era ‘Sábado Gigante’. El personaje y su programa de televisión tuvieron altísimas audiencias desde finales de los años 80 y durante la década de 1990 en toda América Latina, pero, sobre todo, entre los inmigrantes latinos de Estados Unidos.
Fue un programa donde el auditorio participaba en concursos, cantaba (recuérdese al Chacal), se reía con ‘sketches’ (La Cuatro) y disfrutaba de presentaciones en vivo. Y, como colofón, uno de los participantes podía ganar un auto.
No se pueden pasar por alto determinados concursos como el Miss Colita o el Miss Pechonalidad, que el mismo Don Francisco reconoce como bastante sexistas para este tiempo. Corrían otras épocas y el Internet era inexistente o incipiente (solo servía para mandar correos) y las audiencias estaban más sujetas a lo que dictaba la televisión.
El éxito y la fama cosechados por su show llevaron a Mario Kreutzberger a ser seguramente el único periodista latino en entrevistar a los presidentes George Bush padre, George Bush hijo y a Barack Obama cuando eran candidatos y ya en la Casa Blanca.
El programa, además, tenía un segmento llamado la Cámara Viajera, con el que su conductor visitó más de 160 países realizando reportajes.
Quizás por toda esa popularidad, Don Francisco quiso seguir y, luego de la cancelación de ‘Sábado Gigante’, aceptó un contrato por dos años para un show de entrevistas en Telemundo (competencia de Univisión) con ya 74 años. Pese a su lucha y obsesión por no abandonar la palestra y continuar vigente, el programa tuvo bajos niveles de audiencia y salió del aire en el 2018.
Otra de las obsesiones de Kreutzberger relatadas en su libro es su sobrepeso. Dice siempre haber luchado con el excesivo apetito, haber probado cientos de dietas que le llevaron a una montaña rusa de subidas y bajadas, sin lograr establecerse en su peso ideal.
También narra los 40 años de la Teletón en Chile que han logrado levantar 17 centros de rehabilitación, que actualmente atienden a más de 30 000 niños y jóvenes con discapacidades.
“Tengo que ser sincero: hay cosas que no he podido superar. He perdido seguridad en mis capacidades, y por qué no decirlo, a veces me siento inútil, inservible. Ahora mis días son largos y aburridos, llenos de largas conversaciones conmigo mismo. (…) Al final de mis reflexiones llego siempre a la misma conclusión: no hay nada peor que la jubilación”, cierra su relato dramáticamente Don Francisco, quien sacó sonrisas y carcajadas e hizo más entretenidas las tardes de los sábados de millones de latinos en toda América.