Los desastres que surgen durante y después de las guerras, las sensaciones de desesperanza y muerte se ven reflejadas en la muestra pictórica de Oswaldo Viteri. ‘Más allá del arte’ es el nombre con el que se bautizó la exposición del artista, que se abrió el pasado jueves, a las 19:00, en el Museo de Arte Colonial. A las calles Cuenca y Mejía, en el centro de Quito, llegaron decenas de personas para inaugurar la exhibición de 22 cuadros que relatan la crueldad en la historia. En óleo sobre lienzo, el pintor expresa lo doloroso del éxodo y el deseo desesperado de las personas por encontrar la paz. Durante siete años Viteri se dedicó a plasmar en la tela ese mundo oscuro de la realidad humana, a la que, según él, “nos hemos sometido y tal vez podría repetirse en el futuro”. Así también lo siente Marlene Gómez, de 38 años, quien asistió a la inauguración de la muestra pictórica. Para ella, por medio de los cuadros, el artista plástico representó las épocas más traumáticas y dolorosas de la humanidad. “Las guerras siempre han ocasionado catástrofes en los países involucrados y a escala mundial. A través de estas obras se puede apreciar lo difícil que debe ser afrontar ese tipo de situaciones”. El negro, el rojo, el azul y el verde son los tonos más utilizados en la exposición de Viteri.Al verlos, Luis Mina quedó impactado, pues el estudiante de arte considera que estos colores transmiten peligro, fuerza y agresividad. El rojo y el negro se observan en los cuadros denominados Éxodo. Son familias que deben escapar del infierno de una guerra. “El uso de esos colores refleja claramente la intensidad del momento. Con ellos se logra sentir lo que ellos sienten”. Viteri explicó que por medio de la muestra desea impactar al espectador. Para el artista es indispensable que las personas se miren a sí mismas en los 22 cuadros y de pronto reflexionen. La muerte, el herido y el prisionero también forman parte de la exhibición. Tras unas rejas hechas con hilo nailon, Viteri decidió colocar a uno de sus cuadros predilectos. Allí se encuentra un hombre en cautiverio al que, según el pintor, liberará después de la muestra que estará abierta en el Museo Colonial.