Dentro de la institución se guardan más de 9 000 piezas de las culturas precolombinas de la Costa ecuatoriana. Chorrera, Manteño, Milagro Quevedo, Guangala, Tolita, Jambelí, son algunas de las comunidades que se reflejan en el recorrido por las tres salas de exhibición.
El museo está ubicado en el sexto piso de la Casa de la Cultura de Guayaquil, y hoy, como parte de las celebraciones por el Día Internacional del Museo, la institución mantendrá el ingreso gratuito a todo el público que lo visite. El sitio estará abierto desde las 10:00 hasta las 17:00.
En exhibición hay 1 634 piezas. “En la primera sala están las herramientas y representaciones de los seres humanos que las hicieron, desde los Valdivia hasta los Milagro Quevedo y los Manteño Huancavilca, que existían a la llegada de los incas y luego de los españoles”, explica Antonieta Funes, directora del museo.
De Chorrera, cultura perteneciente al periodo tardío, se pueden apreciar vasijas, recipientes, silbatos, cabezas y otros artículos de cerámica. De Manteño están silbatos de apariencias zoomorfas (de animales). Asimismo, se ha dispuesto un espacio especial para exhibir una serie de representaciones de la famosa Venus, de la cultura Valdivia.
La segunda sala del museo, denominada Emilio Estrada, está dedicada al Periodo de Integración (500 a.C. al siglo XVI). Las sillas en forma de U de los manteños y diversos e instrumentos musicales, además de instrumentos para ritos funerarios, es lo que se puede apreciar en esta área.
“Acá tenemos piezas de las culturas que empezaron a trabajar en la piedra. Además de los metales”, añade Funes.
Las sillas en forma U son talladas en roca, empleando herramientas hechas en cobre, con motivos geométricos, sostenidas en figuras de forma de animal y humanas. También se aprecian hachas y azadones que ya en esa época se empleaban para la agricultura. Además de cinceles, pectorales, aretes y lanzas.
Una representación de las balsas que los manteños usaron para navegar hasta Centroamérica y hasta el sur del Chile, muestra cómo los habitantes pudieron comerciar con la concha spondylus, la moneda de esa época.
El recorrido llega hasta la sala donde se exhiben adornos como orejeras, narigueras, collares y máscaras, hechas en oro, que muestran la importancia ritualy estética que conservaban estos objetos dentro de la vida de estas civilizaciones.