Alberto Fuguet es un antihéroe literario que genera sentimientos encontrados.
En una esquina están los intelectuales –o los que creen serlo– que lo atacan por ‘light’, pop y menos latinoamericano de lo que, en teoría, tendría que ser. En la otra, una especie de fan club que ha ido creciendo justamente porque se siente representado y acompañado por sus libros. Con ‘Missing’, su novela de no-ficción, esas distancias desaparecieron por un momento. Puede que no todos quieran a Fuguet, pero todos, al parecer, quieren a ‘Missing’.
Carlos Fuguet, tío del escritor chileno, decidió un buen día romper lazos con su familia, quemar las naves y desaparecer. Muchos lo hemos pensado, pero él lo hizo de verdad. No dejó una nota ni un número telefónico donde pudieran ubicarlo: sólo se fue. Más de treinta años después, su sobrino contrató un detective privado para buscarlo, y lo encontró. ‘Missing’ es la historia de Carlos contada a través de su sobrino Alberto, el único Fuguet que se ocupó del caso del tío desaparecido.
Junto al título, entre paréntesis, aparece lo que quizás sea una explicación necesaria: una investigación. No se trata de una novela, por lo menos no de una convencional, ni tampoco de una crónica periodística de largo aliento. Es, para mí, un ‘making of’ que se volvió una gran película documental, de esas en que cuesta creer que lo que pasó haya pasado realmente. Un cómo se hizo, sí, pero también un cómo se deshizo. Cómo se hizo y se deshizo una familia de migrantes. Cómo se hizo y se deshizo el sueño americano en manos de un chileno que, tratando de encontrarse, se perdió. Cómo un niño que no hablaba español se hizo un escritor latinoamericano para no deshacerse.
Aunque para muchos ‘Missing’ sea el libro menos fuguetiano de Fuguet, es sin duda el que más y mejor lo muestra. Ahí están sus temas, sus trabas, sus rollos no resueltos y al final algo parecido a la paz. Este libro, que mira hacia adentro y no parece preocuparse del mundo exterior, que es un testimonio y a veces incluso una confesión incómoda, nos toca, nos incluye, y lo hace sin querer, como corresponde.