Luce gorra negra de beisbolista, lentes de marco negro, jeans y zapatos deportivos. Y tiene más la apariencia de un rapero que de un literato. Ferréz, el pseudónimo que usa desde casi siempre Reginaldo Ferreira da Silva (Sao Paulo, 1975) es uno de los invitados de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo 2012) que dura hasta el 1 de mayo.
Está aquí para explicar el alcance de su corta obra, que es una profunda inmersión en la violencia de las favelas o un retrato hiperrealista del infierno y de una realidad que él conoce bien porque nació en una de ellas. Y desde allí se proyectó, a través del rap, del hip hop y de sus libros, hasta convertirse en uno de los referentes de la denominada literatura marginal. Conversamos con el autor de ‘Manual práctico del odio’, un volumen que destila sangre, balazos, crímenes y drama.
¿‘Ciudad de Dios’, de Paulo Lins, es la inspiración de su obra y de la de otros autores?
Sí, es así. El primer libro en Brasil que se ocupa de lo que yo llamo periferia de la periferia es ‘Ciudad de Dios’, de Paulo Lins. Cuando lo leí, me hice una pregunta: ¿por qué no publicar más libros sobre la vida en las favelas? Y nacieron mis libros.
¿Por qué publicar literatura sobre las favelas, las barriadas marginales? ¿Qué se quería mostrar?
Porque las favelas no aparecían en otros libros y en ninguna literatura. Yo quería presentar cómo es la gente que vive en esas ‘barriadas miseria’ y que algo tiene que decir. Para decirlo de alguna manera: son personajes que, a través de la violencia, salen de la nada en la que viven, para luego volver otra vez a la nada.
¿Y qué dice la gente que reside en las favelas a través de los libros de Ferréz?
Sin duda, que de ahí se puede adquirir muchas experiencias de vida. Y puedo decir que la vida en la periferia de la periferia, que es bastante dura, encierra una lucha a diario. Los jóvenes de las favelas no tienen ninguna esperanza y si alguien logra salir de allí y empezar una nueva vida, entonces es visto como un vencedor. Como lo he dicho en otras entrevistas: en las favelas nadie es culpable, pero tampoco es inocente.
Usted, que creció y vive en Capao Pecado, una de las favelas más calientes de Sao Paulo, ¿qué experiencia de vida intenta transmitir?
Puedo decir que el sufrimiento es la mejor escuela que existe en la vida. La mía, sin duda, es una experiencia afortunada. En mi caso, la lectura de libros impidió que cayera en la delincuencia, como ha pasado con tantos otros que no tuvieron la misma suerte.
¿Su obra dibuja un retrato hiperrealista del infierno?
Esa es una opinión etiquetada, de algunos críticos que no han vivido en la realidad que yo vivo. En mis libros yo pinto una realidad que, es cierto, está atravesada por la violencia, los crímenes… día a día. Yo escribo desde adentro. Y he conocido y conozco a personas que cada día se preparan para cometer delitos, como si se prepararan para ir a un trabajo normal. Así es la realidad.
¿Qué objetivo tiene entre manos al dibujar en sus libros una realidad así? ¿Por qué visibilizar al extremo la tragedia de la violencia?
Primero, porque este es un problema que se debe ‘visibilizar’ y porque ocurre a diario. Y segundo, porque alguien debe demostrar interés por la realidad que viven miles de personas.
¿Hacia dónde va la literatura marginal, de la cual usted es uno de los principales referentes?
Creo que la literatura marginal tiene aún mucho camino por recorrer porque no se ha escrito todo sobre la violencia en las favelas. Creo también que se debe seguir mostrando, porque es necesario, una realidad que es muy triste y dura.
¿Su próxima obra?
‘Deus Foí almoçar (‘Dios fue a almorzar’). Será presentado en julio de este año.
HOJA DE VIDA
Reginaldo Ferreira
Sus libros. En 1997 presentó ‘Fortaleza de la desilusión’, su primer libro. Dos años más tarde, lanzó ‘Capao pecado’, su primera novela. ‘Manual práctico del odio’ (2003) es el más reconocido.
También ha publicado ‘Amanecer Esmeralda’, su primer libro dedicado a los niños.
La literatura de la violencia
Existe también una literatura que se ocupa de la violencia, el desamor y el odio. Y ese fue el tema del conversatorio ‘Violencia íntima, violencia pública’, en el cual participaron el escritor brasileño Ferréz y su colega mexicano Antonio Ortuño (Guadalajara, 1976). La escritora y crítica colombiana Margarita Valencia actuó de moderadora del panel que se incluyó en el ciclo ‘Conversaciones que la cambiarán la vida’, uno de los segmentos más interesantes de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo).
Igual que Ferréz, Ortuño tiene un ‘look’ poco habitual para un escritor: gorra negra de beisbolista, chaqueta de cuero negra y zapatos deportivos. El escritor mexicano, autor de las novelas ‘El buscador de cabezas’, ‘Recursos humanos’ y ‘Ánima’, dijo que en sus obras “transita por terrenos truculentos”.
Además, señaló que la suya es “una versión satírica sobre hechos que son (o pueden ser) crudos” y que la sátira debiera entenderse como “la mejor forma de reflexión sobre la vida y de las relaciones entre las personas”.
Considerado en el 2010 por la revista británica Granta como uno de los mejores de la nueva generación de prosistas en lengua española, Ortuño no se cataloga como un narrador de novela negra. Y también admitió que su obra, en especial ‘Ánima’, constituye “un vistazo al microuniverso del crimen” y el intento de crear una suerte de espacio literario que recoja los dramas resultantes de vivir bajo la ‘ley de la selva’. La literatura por la que él y otros autores transitan, dice, recoge la realidad de que “todos transitamos por esos momentos en que algunos se convierten en criminales”.