Parlantes, luces, computadoras… violines, pianos, saxofones; el compositor alemán Genoël von Lilienstern utiliza los medios musicales clásicos conjuntamente con los nuevos recursos tecnológicos para crear composiciones en un estilo que él prefiere que mantengan un espíritu cosmopolita antes que un nacionalismo denso.
¿Qué significa para usted ser compositor?
Es simplemente crear; pero crear más allá de estar sentado junto a una mesa por horas. En mi experiencia, la creación forma parte de esos instantes de ocio en los cuales abruptamente viene una idea y requiere en ese momento ser escrita.
¿Qué se proyecta en la música que compone?
Sin lugar a dudas momentos de relax. Me gusta que las canciones fluyan, que tomen su curso y que lleguen con su propia fuerza. Si vemos la historia de la música a partir de la Segunda Guerra Mundial, ella intenta encontrar nuevos rumbos, como, por ejemplo, la negación de la tonalidad.
¿Cuáles son sus recursos para componer?
Principalmente una computadora. Yo intento mezclar los sonidos de distintos niveles y ponerlos en mixturas que proyecten armonías distintas. Un ejemplo de ello es ‘Rigolator’, en el que se hizo una construcción robótica humanoide en medio de una instalación que actuaba como símbolo del estatus psicológico del carácter de Rigoletto. Aquí los parlantes hablaban entre sí a través de sonidos que componían un cosmos dialógico abstracto.
¿Y dónde quedan los instrumentos clásicos?
Ellos se mantienen vivos en mi música, pero al mismo tiempo son utilizados como nuevas plataformas para crear. El violín deja de estar solo para compartir su espacio con los sonidos creados en computadora.
¿Es su música un acercamiento ‘minimalista’?
No, para nada. Encasillarme sería perder el encanto de crear. Más bien, el mejor adjetivo para mí música es ‘libre’.
‘La composición actual no escapa de la tecnología’.
Genoël von Lilienstern
Compositor electroacústico