A pesar de que Inkawasi o Casa del Inca es considerado el vestigio más importante de la presencia incaica en el norte de Ecuador, está abandonado. Se trata de un estanque, de 10 por 20 metros, rodeado de paredes y canales construidos con piedras talladas a mano, que actualmente se encuentra rodeado de maleza.
El complejo, descubierto en el 2006, está ubicado en la parroquia Caranqui, en el sur de Ibarra. De acuerdo al cronista español Juan de Betanzos (1551) en Caranqui vivió Atahualpa, el último monarca del imperio Inca.
Según el arqueólogo José Echeverría, el Inkawasi se deteriora en el olvido a pesar de su importancia histórica. “La Constitución entregó la responsabilidad del patrimonio cultural a los gobiernos locales. Y en el caso de Ibarra, el Municipio en vez de mejorar las instituciones de protección, como el Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural del cantón Ibarra (Fonsalci), lo liquidó”.
Eso dejó en el aire convenios como el que mantenía el Fonsalci con la Wayne State University, de Estados Unidos, para investigar el sitio. La arqueóloga Tamara Gray, investigadora de esa universidad, consiguió recursos de dicho centro de educación para intentar desentrañar cómo y para qué se usó esta infraestructura similar a una piscina. El año anterior llegó con un grupo de estudiantes para continuar las indagaciones. Pero se retiró decepcionada porque varias piezas desaparecieron del lugar y por la falta de apoyo de las autoridades ibarreñas.
Al momento, el predio de 5 000 m², en donde se hallan los restos incaicos, está protegido por un cerramiento de alambre de púas, tendido en dos de las cuatro calles que circundan el terreno. Además ya no está el guardia que se comprometió a contratar el Municipio. Ahora solamente Robert Arunate, el portero del Inkawasi, protege este tesoro arqueológico. El Cabildo le empleó para abrir y cerrar las puertas y asistir a los investigadores. Sin embargo, más de una noche, asegura, ha tenido que ahuyentar a los huaqueros (buscadores de tesoros) que llegan con linternas.
Según Gioconda Benavides, directora de Planificación del Municipio de Ibarra, la actual situación del Inkawasi tiene relación con la falta de recursos. Pero la funcionaria comenta que el Ministerio Coordinador de Patrimonio tiene previsto entregar, en una fecha aún no definida, una asignación económica, como parte del programa SOS Patrimonio, para la construcción del cerramiento y del entorno. El monto previsto, según Benavides, es de USD 250 mil; pero aún no se han fijado fechas.
Adicionalmente se espera la entrega de un 40% de los USD 500 mil del proyecto Vive Patrimonio, que servirá para trabajos de integración urbanística. Tampoco hay fecha prevista. “Al Inkawasi no hay que verlo aislado. Con la ayuda del programa Ciudades Patrimoniales haremos una propuesta de integración que incluya a este complejo con las casas vecinas y la plaza central de Caranqui”, dice la funcionaria.
Curiosamente cerca a las ruinas incas se instaló una torre de tubos de aproximadamente 15 metros de alto. “Esos materiales fueron adquiridos por el Instituto Nacional de Patrimonio para colocar una cubierta sobre los vestigios arqueológicos”, comenta Gonzalo Checa, presidente de la Junta Parroquial de Caranqui. “Pero como la estructura colapsó optaron por instalar eso que dicen que es una escultura postmoderna”, comenta molesto.
La torre sorprendió a Echeverría y Gray quienes aún no entienden cómo hubo dinero para eso y no para el cerramiento que ayudaría a la protección del lugar. Extraoficialmente se conoce que se quiere retirar la estructura.
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