Marte, al igual que la Tierra, alguna vez contó con un campo magnético que protegía su atmósfera. Sin embargo, hace 4 200 millones de años, este desapareció del planeta. Durante los siguientes 500 millones de años, la atmósfera de Marte se fue dispersando en el espacio. Foto: Wikicommons
El director de la División de Ciencias Planetarias de la agencia espacial estadounidense (NASA), Jim Green, discutió la posibilidad de desplegar un campo magnético con el objetivo de mejorar la atmósfera de Marte. La sugerencia tuvo lugar en una charla durante un taller con la comunidad en la ciudad de Washington D.C., sede de esta división de la NASA.
La reunión, nombrada ‘Taller de la División de Ciencias Planetarias para el año 2050’, tuvo lugar entre el pasado el pasado 27 de febrero y el 1 de marzo de 2017. Dentro de esta, una de las charlas que generó mayor expectativa trataba el tema de la exploración del vecino planeta por parte de astronautas.
Video: Livestream, cuenta: National Institute of Aerospace
En este contexto, Green aseguró que al instalar un campo magnético en la atmósfera marciana podría facilitar el trabajo de futuras misiones en el planeta rojo. Según publica el portal especiado en ciencias Phys.org, el consenso de la comunidad científica es que Marte, al igual que la Tierra, alguna vez contó con un campo magnético que protegía su atmósfera.
Sin embargo, hace 4 200 millones de años, este desapareció del planeta. Durante los siguientes 500 millones de años, la atmósfera de Marte se fue dispersando en el espacio y, en consecuencia, pasó de ser un planeta cálido y con una cantidad considerable de agua al cuerpo celeste inhabitable que es hoy, según asegura el diario británico The Independent.
La NASA planea enviar misiones a Marte para el año 2030. Tomando en cuenta los factores que hacen del astro un lugar hostil para cualquier tipo de vida, el reto de enviar una tripulación podría resultar sumamente complicado.
Por esta razón, Green asegura que si se instala un campo magnético en el punto de Lagrange del planeta (donde se mantiene el equilibrio gravitacional en el marco de referencia rotatorio), se generaría una magnetósfera artificial que lo protegería de vientos solares y radiaciones.
Green y sus colegas de la NASA admiten que esta idea puede sonar “sofisticada” a oídos del público en general. Sin embargo, puntualizó que ya se han hecho algunos avances en cuanto a magnetósferas en miniatura.
“Esta nueva investigación viene de la aplicación de códigos físicos plasma y experimentos de laboratorio. En el futuro, será posible que estructuras inflabes puedan generar campos magnéticos de alrededor de uno o dos Tesla que actuén como un escudo contra el viento solar”, aseguró en la charla.