Un equipo de físicos franceses logró controlar por primera vez la travesía en solitario de un electrón a través del metal, lo que abre nuevas puertas en el ámbito de la criptografía, explicaron los responsables de la investigación.
Los expertos del Centro Nacional de Investigación Científica francés (CNRS) trasladaron un electrón desde un lugar a otro mediante la propulsión de ondas sonoras sobre las que esa partícula se desplaza, a través de una trayectoria preestablecida, explicó el investigador Chritopher Bäuerle.
Se trata de la continuación al trabajo de un equipo de investigadores japoneses que en 1996 descubrió la forma de atrapar a un único electrón gracias a las llamadas “cajas cuánticas”.
Aislar un electrón en una suerte de “trampa microscópica” suponía un hito para la física cuántica, pero hasta ahora no se había encontrado la manera de controlar el movimiento de esa partícula elemental, una vez aprisionada.
Los científicos franceses, para su experimento, fabricaron un dispositivo con dos “cajas cuánticas”, y lograron que un electrón se desplazase de una a otra a través de un conducto metálico, después de emitir ondas de radio que empujaron a la partícula “como si se tratase de olas marinas”, agregó el científico.
La importancia del descubrimiento, publicado en la revista científica Nature, radica en que su aplicación en el terreno de la criptografía puede permitir el envío de información de forma “extremadamente segura”, gracias a que cada electrón tiene un “espín” determinado, es decir un movimiento de rotación intrínseco a esa partícula.
De esa forma, en futuros experimentos se podrá codificar información en el “espín” de un electrón y transferirla de forma “perfectamente controlada” a lo largo de grandes distancias.
Eso supondría “un importante avance hacia el desarrollo de ordenadores cuánticos”.