En la Vía Láctea aún no se ha encontrado vida inteligente. Foto: NASA
El astrónomo holandés Mike Garrett ha despertado nuevamente el debate en torno a las civilizaciones alienígenas superavanzadas, con un nuevo estudio publicado en la revista especializada Astronomy & Astrophysics.
En su artículo, Garrett sostiene la imposibilidad de que haya vida alienígena altamente inteligente en el universo cercano. O, si la hay, estas civilizaciones utilizan sistemas avanzados para ocultar su rastro.
Para llegar a esta conclusión, el equipo de Garrett analizó el espectro infrarrojo medio, emitido por 93 galaxias cercanas a la Vía Láctea. Con ello se intentó buscar el rastro de supercivilizaciones que puedan clasificarse como tipo III dentro de la Escala de Kardashov. Este último es un método de medición construido por el astrofísico ruso Nikolái Kardashov, y que propone una ley de las civilizaciones de acuerdo con la energía de la que se alimentan: la de su planeta, la de su estrella o la de su galaxia.
En el caso de que existiese una civilización tipo III, la más avanzada que podría habitar en el universo, esta aprovecharía los recursos energéticos de toda su galaxia. En el proceso de recolección de esa energía se filtraría una gran cantidad de calor residual en el espectro infrarrojo medio.
Durante los análisis, Garrett encontró que si bien sí existe un rastro del infrarrojo medio en estas 93 galaxias, este se produce como parte de procesos naturales dentro de aquellos sistemas (nubes de polvo calentadas, por ejemplo) y no por actividad de una civilización.
¿Una excepción?
A pocos días de la aparición del trabajo de Garrett, un equipo liderado por la investigadora Tabetha Boyajian (Universidad de Yale) publicó en la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society un artículo en el que se alerta sobre patrones inusuales en el brillo que se detecta de la estrella KIC 8462852.
En el documento se sostiene que “a lo largo de la duración de la misión Kepler, se observó que KIC 8462852 se sometió a caídas aperiódicas en el flujo de luz, por encima del nivel del 20%”. La investigación señaló que estas caídas se deben al tránsito un objeto (o grupo de objetos) de gran tamaño que durante su paso lograron reducir hasta en un 22% el brillo de la estrella.
Entre las posibilidades que se barajaron para explicar este fenómeno se encuentran: una gigantesca colisión planetaria, el tránsito de excometas o la aparición de discos circunestelares. Sin embargo, para el equipo, cada una de las opciones ha perdido peso al analizarlas con los datos históricos recopilados por el telescopio Kepler.
Entonces, ¿qué originaría esto? Jason Wright, astrónomo de la Universidad Estatal de Pensilvania, dijo en una entrevista con The Atlantic que una de las hipótesis es una megaconstrucción alienígena capaz de obstruir el paso de la luz observable de la estrella.
En contexto
Dos investigaciones sobre vida alienígena superinteligente se enfrentan en el plano académico. Una habla sobre la inexistencia de este tipo de civilizaciones en el universo próximo. La otra apunta hacia la existencia de una posible megaestructura en el espacio.