La madrugada del domingo al lunes 16 de mayo de 2022 volverá a repetirse un eclipse total de Luna, un fenómeno astronómico que supone, además de un deleite para los aficionados, una oportunidad para que la ciencia profundice en el conocimiento del satélite y trate de comprender mejor los complejos eventos que tuvieron lugar durante la formación del Sistema Solar.
La mitad este de los Estados Unidos y toda Sudamérica tendrán la oportunidad de ver todas las etapas del eclipse lunar que comenzará sobre Norteamérica a las 02:28 UTC del 16 de mayo.
Un eclipse lunar ocurre cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean de modo que la Luna pasa a la sombra de la Tierra. En un eclipse lunar total, toda la Luna cae dentro de la parte más oscura de la sombra de la Tierra, llamada umbra. Cuando la Luna está dentro de la umbra, se volverá de un tono rojizo. Los eclipses lunares a veces se denominan “luna de sangre” debido a este fenómeno.
La totalidad del eclipse lunar se producirá entre las 03:29 y las 04:53 UTC, y su finalización está prevista a las 05:55, según los cálculos de la NASA, que retransmitirá el evento en la siguiente dirección: https://moon.nasa.gov/news/173/livestream-the-eclipse/
Dispersión de Rayleigh
El mismo fenómeno que hace que nuestro cielo sea azul y nuestros atardeceres rojos hace que la Luna se vuelva roja durante un eclipse lunar. Se llama dispersión de Rayleigh.
La luz viaja en ondas y los diferentes colores de luz tienen diferentes propiedades físicas. La luz azul tiene una longitud de onda más corta y las partículas de la atmósfera terrestre la dispersan más fácilmente que la luz roja, que tiene una longitud de onda más larga.
La luz roja, por otro lado, viaja más directamente a través de la atmósfera. Cuando el Sol está arriba, vemos luz azul en todo el cielo. Pero cuando el Sol se está poniendo, la luz del sol debe atravesar más atmósfera y viajar más lejos antes de llegar a nuestros ojos. La luz azul del Sol se dispersa y la atraviesan luces rojas, naranjas y amarillas de mayor longitud de onda.
Durante un eclipse lunar, la Luna se vuelve roja porque la única luz solar que llega a la Luna pasa a través de la atmósfera de la Tierra. Cuanto más polvo o nubes haya en la atmósfera de la Tierra durante el eclipse, más roja aparecerá la Luna. Es como si todos los amaneceres y atardeceres del mundo se proyectaran en la Luna.
La Luna esconde muchos secretos
Porque, aunque es el único astro al que ha llegado una misión tripulada, la Luna esconde todavía muchos secretos, y entre ellos por qué son tan diferentes la cara visible y la cara oculta; incógnitas y desafíos que han reactivado el interés de varias agencias espaciales por regresar al satélite y por escudriñar misterios sobre su formación y su historia.
Fuentes del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) español han aclarado que el eclipse será visible desde gran parte del mundo (en la mayor parte de Europa, África y América), que en España se podrá ver como total y que la observación puede hacerse a simple vista, porque ni requiere instrumentación especial para contemplarlo ni entraña ningún peligro.
A diferencia de los solares, que pueden ser vistos solo desde una parte relativamente pequeña de la Tierra y que duran unos pocos minutos, un eclipse lunar puede se puede ver desde cualquier parte de la Tierra en la que sea de noche y se prolonga durante varias horas, según la información facilitada por el Observatorio español.
Eventos especiales
Numerosas instituciones científicas y agencias espaciales han programado eventos especiales con motivo de este evento astronómico y para divulgar algunas de los aspectos y proyectos científicos más relevantes de la exploración lunar, entre los que destaca el programa Artemis -que lidera la NASA- para volver a la Luna con misiones tripuladas.
El astrónomo del OAN Mario Tafalla ha subrayado el interés de los eclipses para los aficionados, pero también el papel que históricamente han desempañado para determinar parámetros fundamentales para la ciencia, como el diámetro de la Luna o la distancia exacta a la que se encuentra.
En declaraciones a EFE, Tafalla observa que aún en la actualidad es posible realizar medidas únicas durante un eclipse total de Luna y ha precisado que precisamente el color rojizo que adquiere durante la fase de totalidad permite medir propiedades de la atmósfera de la Tierra, o que el menor brillo de la Luna -a pesar de estar en fase llena- facilita las medidas que se realizan rebotando un rayo láser en la superficie de la Luna y medir el tiempo que tarda la luz en regresar a la Tierra.
Satélite “anómalamente grande”
“Conocer mejor la Luna nos ayuda a comprender los complejos eventos que tuvieron lugar durante la formación del Sistema Solar”, señala el astrónomo, y precisa que este satélite es “anómalamente grande” comparado con los satélites de los planetas rocosos más cercanos a la Tierra.
La mejor explicación de esa anomalía es que la Luna se formó por la colisión de la proto-Tierra con un objeto del tamaño de Marte durante las primeras etapas de la formación del Sistema Solar, ha explicado el astrónomo. “Entender cómo sucedió esa colisión nos ayuda a reconstruir el violento pasado en el que se formaron los objetos que ahora vemos orbitar alrededor del Sol”.
Tafalla apunta algunos de los secretos que todavía esconde la Luna, y entre ellos por qué la cara visible tiene esas formaciones basálticas (“mares”) y la cara oculta está más densamente cubierta de cráteres, o la posible presencia de agua en el interior de los cráteres situados en sus polos, lo que podría permitir en el futuro la instalación de bases lunares.
Los eclipses, y sobre todo los totales, son una oportunidad para escudriñar algunos de esos secretos; una oportunidad que volverá a repetirse en algunas regiones del mundo el próximo 8 de noviembre, aunque en España no se producirá un evento astronómico similar hasta el 14 de mayo de 2025.