China alteró el mercado de los materiales reciclables
Hasta inicios de este año, China era el mayor importador en el mundo de materiales para reciclaje como el plástico, papel y metales.
China quiere dejar de ser considerado el basurero del planeta. Desde los años 80 y hasta finales del 2017, el país asiático recibía la basura de grandes naciones de Europa y de Estados Unidos, para después reciclarla. Este proceso no estaba siendo efectivo, ya que todo se continuaba acumulando en territorio chino, mientras los demás países se desligaban de esta responsabilidad.
Desde este año, el país asiático decidió dejar de importar 24 tipos de desechos, incluido el plástico, en su campaña contra “la basura externa”. Ahora surgen preocupaciones sobre las consecuencias de esta práctica en la contaminación del ambiente y cuál será el destino final de la basura en los países que dependían de Asia.
Según la Organización Naciones Unidas, en el 2016 China importó 7,3 millones de toneladas de desechos plásticos de países desarrollados como Estados Unidos, Japón y el Reino Unido. Esto equivale al 70% de todo el plástico que se desechó en el mundo en ese año.
Otro estudio realizado por la organización Greenpeace revela que las compañías británicas han trasladado más de 2,7 toneladas de desechos plásticos a China y Hong Kong desde el 2012. Esta cifra representa dos tercios del total de las exportaciones de residuos plásticos de Inglaterra. Mientras tanto, Estados Unidos exportó 13,2 millones de toneladas de desechos de papel y 1,42 millones de toneladas de desechos plásticos.
Toda esta basura que llegaba a China estaba causando impactos ambientales. Adam Minter, periodista de Shanghái, describe en su libro ‘Junkyard Planet’ la forma en la que la industria del reciclaje estaba afectando zonas como la ciudad de Wen’an, donde los empleados sufrían el impacto del humo del plástico quemado y los ríos también sufrían por la contaminación.
Pietro Graziani, consultor ambiental de la Cooperación Italiana en Ecuador, dice que esta no era una situación sostenible y los países ya estaban al tanto de las intenciones de China. Él recalca que la decisión del país asiático puede ser por un lado un problema, pero también es una oportunidad para que cada país tome consciencia sobre la gestión de sus residuos y pueda tomar una decisión apropiada de acuerdo con su contexto.
Esta medida cambia la dinámica del material reciclado en el mundo con relación a precios y temas de conservación. Graziani explica que cada país tiene un ‘stock’ de material usado que quiere reciclar y para no tenerlo en su país, lo empieza a vender “casi a costo cero”. Esto puede provocar que los países, como Ecuador por ejemplo, opten por comprar el material reciclado de otro países, que resulta más económico que intentar recuperar los materiales localmente.
Según Graziani, a nivel ambiental se sentirán grandes impactos si los países no toman decisiones radicales, ya que el riesgo es que el material, sobre todo el plástico, se continúe acumulando. Algunas naciones están optando por mejorar sus políticas de reciclaje y otras por buscar nuevos destinos para exportar su basura.
Inglaterra ha encontrado otras opciones como Tailandia, Vietnam, Camboya, Malasia, India y Pakistán, aunque estos no tienen la misma capacidad de recepción de desechos para su reciclaje. Las estrategias de los países también incluyen la reducción del uso de materiales como el plástico.
Para combatir la problemática, la Unión Europea creó una estrategia para fomentar la transición hacia una economía circular, que fue aprobada en enero de este año. Según la Comisión Europea (CE), uno de los puntos de esta política es que todos los envases de plástico de la UE serán reciclables para 2030, el consumo de plásticos de un solo uso se reducirá y se restringirá el uso de microplásticos. Mientras tanto, deberán buscar soluciones a su problema de reciclaje.