Cecilia Ansaldo: ‘En el Ecuador, la crítica literaria debería dejar de estar solo en la academia’

Cecilia Ansaldo Catedrática Miembro correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. Foto: Santiago Arcos para El Comercio

Cecilia Ansaldo Catedrática Miembro correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. Foto: Santiago Arcos para El Comercio

Cecilia Ansaldo es catedrática y Miembro Correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. Foto: Santiago Arcos para El Comercio

Finjamos que soy feliz: Recado de Sor Juana Inés de la Cruz a Juan León Mera’. Ese el título del discurso con el que Cecilia Ansaldo se incorporó la semana pasada como miembro correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua (AEL) y en el que devela la proximidad del novelista ecuatoriano con la monja y gran poeta mexicana.

La ceremonia de incorporación se realizó el miércoles 4 de marzo, a las 19:00, en el auditorio de la Universidad Casa Grande, donde Ansaldo colabora como profesora desde hace más de 20 años. Además de su desempeño en la enseñanza, Ansaldo es articulista de opinión en diario El Universo. La ensayista y crítica literaria guayaquileña habló con este Diario sobre la designación y su trabajo con la lengua española.

¿Cómo toma su designación como miembro correspondiente de la AEL?

No hay duda de que es un reconocimiento a una vida de dedicación al uso del idioma en sus varios territorios. Difícilmente una persona joven lo consigue por la idea de que el tiempo afianza, exige y reconsidera las realidades de un idioma que se usa con conciencia, en permanente y fructífera discusión con el medio y los hablantes. Yo soy una apasionada y estudiosa de la lengua española –pasión que no se circunscribe a la gramática, aclaro–, acepto gustosa la oportunidad de colaborar con la Academia en los trabajos que emprenda.

¿Qué parte de su obra siente que pesó más para su incorporación: su trabajo con el idioma correcto o con el idioma artístico?

Las dos cosas. El idioma es una realidad enorme, histórica, cambiante, con muchos rostros. Cuando doy una clase sobre una obra literaria saltan del texto las variantes gramaticales, a fin de cuentas el uso artístico de la lengua es un ‘desvío’ buscado, es una torcedura infligida al estilo para buscar mayor expresividad. Las libertades de la lengua literaria tienen que encontrar explicación dentro del mismo texto.

Usted es ante todo ensayista y crítica de arte. ¿Cómo asume y entiende hoy el trabajo de la crítica literaria?

Creo que hoy la crítica literaria debe desprenderse de los niveles académicos y de especialización. Al menos en Ecuador, no puede encerrarse en las universidades porque el lector común está en la calle y hay que salirle al paso, invitarlo a leer, a conocer a los autores, abrirle la curiosidad por los nuevos libros. En esta perspectiva, la crítica literaria o a una actividad con otro nombre, le correspondería informar, opinar e incentivar el interés por los libros. Por eso entiendo la gestión cultural como actividad nutrida por discursos sólidos y no solamente por ganas de “hacer cosas”.

¿En qué momento nace la Cecilia Ansaldo amante de la literatura? ¿En qué momento, la crítica literaria?

Yo fui venturosamente tocada por una vocación temprana. Mi infancia estuvo poblada de libros, escribí con fluidez desde la primaria. Mi carrera universitaria en la Católica de Guayaquil identificó mis puntos de fortaleza, la docencia, por ejemplo, pero puedo confesarle con sinceridad que me interesa toda la literatura, que leo y me puedo pronunciar sobre obras clásicas, medievales, modernas, contemporáneas. Por tanto, siempre he hecho crítica de diferentes maneras. Tal vez he dado demasiadas clases y por eso no he escrito lo suficiente...

¿En algún momento pensó en escribir literatura? ¿Qué tipo de género o de historias hubiera querido contar?

Creo que muchos de los que escribimos en algún momento nos planteamos producir obra artística, productos de la imaginación. Yo me siento muy atraída por la lírica, tal vez pergeño versos. Pero me digo que mi vocación creativa no ha de ser muy fuerte cuando permito que la vida de trabajo arrase con tiempo y energía. En cambio la reflexión sobre la literatura se da más sobre la marcha, como parte del trabajo docente –escribir ensayo y crítica forma parte del constante pronunciamiento que hacemos en la cátedra– o escribir antologías brota del habitual rastreo de
las obras para diseñar currículos y programas.

¿Sobrevive todavía el grupo literario bautizado como las Mujeres del Ático?

El grupo Mujeres del Ático nació en 1984 y reunió participantes de diferentes nacionalidades y profesiones. Nos aglutinó el interés por la literatura, estudiamos mucho juntas, luego nos abrimos a temas colaterales como el feminismo, el cine, la educación, hicimos gestión cultural, escribimos algunas publicaciones en conjunto. Y pasamos a otra etapa, como todo en la vida. Ahora, más menguadas en número, nos reunimos para charlar y contarnos lo que leemos, lo que hacemos, respondemos a un bello vínculo de amistad.

Cecilia Ansaldo Briones

Nació en Guayaquil en 1949. Es ensayista, crítica literaria, antóloga y catedrática universitaria. Es especialista en narrativa ecuatoriana.

En 1990 publicó la antología de cuento ecuatoriano del siglo XX, en el libro titulado ‘Cuento contigo’.

El miércoles 4 fue incorporada como Miembro Correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua (AEL).

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