Colores fuertes y trazos crudos inundan las paredes blancas de una sala del MAAC. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Las manos de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, una semiabierta, en vilo, como en una postura de arte marcial, y la izquierda, que suele señalar el corazón descarnado, marcan un grafiti de 6 m, uno de los más grandes que se toma el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC).
Entre mano y mano, en vez del rostro y el cuerpo de Jesús figura una enorme lata abierta de aerosol, que muestra en su interior figuras geométricas, una máscara de oro, una calavera o un ojo en el lugar de la llaga de la mano izquierda.
La pieza del colectivo colombiano Ink Crew es parte de la muestra Binacional de Arte Urbano ‘Cartografías paganas’, una exposición de 42 artistas ecuatorianos y colombianos que inunda con colores fuertes y trazos crudos las paredes de una sala del MAAC.
El Museo abre por primera vez sus puertas al arte urbano. “Es un hito histórico, un tema de descentralización, de accesibilidad, de participación y de pedagogía cultural, porque es una muestra que nos enseña a leer la ciudad contemporánea”, indicó María Fernanda López, cocuradora de la muestra. La exhibición incluye un glosario de palabras para entender el oficio y los diversos estilos y manifestaciones.
Juan David Quintero, investigador y cocurador colombiano, destacó el ánimo de “mostrar, preguntar y poner en duda” de la muestra. “Más que un proceso validador de arte, se convierte en un laboratorio para mostrar qué está pasando en la calle con fanzines, stikers y carteles”, dijo Quintero.
Además de las intervenciones con aerosol y acrílico, se exhiben pegatinas y carteles. “Son intervenciones que han comenzando a afincarse también a nivel local en el espacio público”, explica López.
El ánimo contestatario y reflexivo sobre temas sociales marca los trabajos de los artistas colombianos. Jean Paúl Zapata pone una pareja de comensales engullendo porciones de un mapa de Colombia. El colectivo Puro Veneno plasma parte del rostro del expresidente Álvaro Uribe y de una máquina extractora de petróleo con la frase: ‘Pare el Geno(eco)cidio Colombia’.