A mediados de la década de 1990, Bugs Bunny era un nombre tan popular entre los fanáticos de los dibujos animados, como el de Michael Jordan en el mundo del básquetbol. En lugar de competir por la atención del público, ambos hicieron equipo en la película ‘Space Jam’ (1996), un éxito de taquilla que integraba personajes animados y reales como su principal cualidad visual.
25 años después, ‘Space Jam: una nueva era’ aparece como una secuela que actualiza el elenco y su estética para presentar la misma historia a una nueva generación de fanáticos de la NBA y los Looney Tunes.
Al igual que en la cinta original, la relación entre padres e hijos será el hilo conductor de una película de aventura y comedia diseñada para la familia.
Con una larga y asombrosa trayectoria deportiva y una conmovedora historia de vida, LeBron James aparece como el nuevo protagonista, interpretándose a sí mismo como un padre cariñoso y exigente.
En la primera parte, el director Malcolm D. Lee pone en escena el tema central con un par de escenas que muestran los sacrificios del joven LeBron para llegar a ser una leyenda del baloncesto. Luego, aparece como adulto y padre, intentando transmitir ese legado a su descendencia, pero decepcionado de que su hijo Dom (Cedric Joe) prefiera la tecnología sobre el deporte.
El guion se da modos para llegar al segundo acto, cuando él y su hijo son secuestrados por Al-G Ritmo (Don Cheadle), después de que la estrella del baloncesto rechazara una oferta de los estudios Warner.
Padre e hijo son abducidos hacia un mundo de realidad virtual, controlado por el ególatra villano virtual, que los fuerza a enfrentarse en un épico duelo de baloncesto. En ese partido no solo está en juego su libertad, sino también el futuro de las caricaturas.
Visualmente, ‘Space Jam: una nueva era’ da un salto cualitativo en términos de apariencia, con un destacado trabajo que combina técnicas de animación clásica en 2D y 3D, tecnología de captura de movimiento y acción real.
La expectativa va en aumento, mientras se conforman los equipos. LeBron quiere estar junto a Superman o Batman, pero termina con jugadores como Bugs Bunny y otros Looney Tunes, dispersos en los archivos cinematográficos.
También hay algunas ausencias. Una de las más evidentes es la de Pepe Le Pew, el zorrillo que, aparentemente, queda fuera del equipo, víctima de la cultura de la cancelación tras ser señalado por normalizar la violencia de género. Del otro lado está Lola Bunny, que aparece como un personaje femenino más empoderado y con una apariencia menos sexualizada, que generó igualmente críticas entre el público.
Por otro lado, Al-G Ritmo equipa a Dom con un equipo de las mejores estrellas del baloncesto, potenciadas con habilidades extraordinarias, que terminan siendo la nueva versión de los Monstars. Al mismo tiempo, la pantalla se llena de cameos con los personajes más populares del estudio. Y no se dejará pasar el recuerdo de Jordan en esta aventura.
La trama avanza impulsada por la nostalgia de los personajes animados, que conservan sus personalidades originales, así como por el humor gráfico y físico propio del estilo ‘cartoon’. La dinámica entre James y Joe animan la trama.
La música vuelve a ser un elemento esencial en esta secuela, con piezas de hip hop, R&B y pop con las que el público puede identificarse fácilmente y que buscan repetir el éxito del ‘soundtrack’ original.
En el clímax de la historia las referencias de la cultura popular saturan los alrededores del escenario deportivo, donde se disputa el largo y emocionante partido final, que cierra un nuevo episodio con pocas innovaciones narrativas, pero con un humor y una estética renovados y varias reflexiones acerca de la familia.