En total hay 604 centros en el país, que integran el Sistema Nacional de Bibliotecas: 255, ubicados en planteles educativos, y 349, que funcionan en convenio con municipios y otros gobiernos autónomos descentralizados.
Aunque existen desde mayo de 1986, el ministro de Educación, Augusto Espinosa, afirma que son “sumamente precarios, en cuanto a la dotación”. Y que no han aportado para incentivar el hábito de lectura entre los ecuatorianos. Recuerda las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos, que indican que más del 50% de la población lee apenas una o dos horas a la semana.
Por eso, señala Espinosa, se eliminó la unidad administrativa que manejaba el Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinab), como indica el acuerdo 0023-14, de febrero. Pero se la pasó a manos de la Subsecretaría de Calidad y Equidad del Ministerio. Y las comunitarias, a la Cartera de Cultura.
“No eliminamos el Sinab, liquidamos al personal administrativo del ente burocrático que no dio resultados”, afirmó el Ministro.
No han desaparecido las bibliotecas ni los bibliotecarios. El objetivo es reestructurar el sistema. Dotarles de equipo y material bibliográfico y llegar a acuerdos para en el futuro disponer de bases de datos importantes como la Biblioteca Digital Miguel de Cervantes.
También reitera que en los planteles réplicas como el Mejía del sur hay bibliotecas que están al servicio de los barrios. Habrá una al menos por cada uno de los 1 117 circuitos.