El diseño acompaña a una sociedad en camino hacia la asimilación de diferencias. Marcas locales tienen sus interpretaciones. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO
Desde el 2017, Gucci realizará un solo desfile para las colecciones de hombres y de mujeres. Esta decisión que agitó la industria global de la moda también fue tomada por otras marcas,
como la inglesa Burberry.
Unificar los desfiles no solo tiene un fin práctico. Las líneas entre las prendas masculinas y femeninas se están difuminando. La moda refleja los valores de la sociedad y cuando se observan los avances sociales en cuanto a la comunidad Glbti, este cambio en la industria tiene sentido.
Así, por ejemplo, mientras los hombres se interesan más por lo que visten, los diseñadores experimentan con siluetas, colores y materiales.
En el país, los diseñadores también apuestan a la elaboración de prendas libres de los tradicionales conceptos binarios. Hugo Pesántez es una muestra de ello.
Pesántez, diseñador de Bernabé, hace prendas elegantes y extravagantes. El modisto dice que su propuesta es para quien tenga la actitud de usar sus creaciones, independientemente de su identidad sexual, género o etnia.
No duda en ponerle una falda a un modelo. Cree que la moda es sobre lo estético y no sobre los roles de género. Efectivamente, ahora hay más conversaciones sobre la diversidad de género y sexual.
Internet cumple un rol fundamental en acercar historias como la de Caitlyn Jenner, una transgénero conocida anteriormente como Bruce Jenner. Y con un mayor acceso a otras experiencias y formas de ser, se logran eliminar falsos estereotipos como el que sostenía que un hombre pendiente de su imagen y vestimenta es gay.
Bajo esta tendencia se encuentra Everyone, la última colección de Be:at Clothing que viene cargada de un sentimiento de libertad, irreverencia y aceptación.
Melissa Santamaría, diseñadora de la marca, dice que quiere responder a la desaparición de las barreras, nacionalidades y géneros. Las prendas de Be:at son neutras; no son exclusivas de lo femenino ni de lo masculino.
A esto se suma la línea Tomboy, de la marca lojana Mamu. Aquí están presentes los conceptos de la ropa masculina, la androginia y la figura de la chica masculina que se rehúsa a aceptar los conceptos establecidos de feminidad.
Mamu fue creada por Carolina Molina y María Fernanda Jara, quienes quieren que sus diseños lleguen a personas que disfrutan la libertad y la comodidad.
Las tres propuestas son una prueba de la moda queer, un concepto que refleja los cambios sociales que existen en la actualidad y que empuja la desintegración de definiciones binarias.
La asimilación de la diversidad se traduce en una exploración individual, libre de roles asignados, relacionados a la etnia, género, discapacidades.
Moda Queer
Las marcas ecuatorianas Mamu, Bernabé y Be:at vistieron a los modelos María Velasteguí, de la Agencia D.I.S; Mino Conti y Polina Cold. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La moda queer rompe las reglas de lo establecido. Busca una personalidad individual. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Lo queer es una asimilación de la diversidad. Modelos: María Velasteguí, de la Agencia D.I.S; Mino Conti y Polina Cold. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Bernabé no duda en ponerle falda a un modelo. Be:at crea prendas unisex. Mamu hace ropa para mujeres poco femeninas. Modelos: María Velasteguí, de la Agencia D.I.S; Mino Conti y Polina Cold. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
El equipo de estilistas de Ramiro Macas y el maquillista de reinas Eliberto García se encargaron de la imagen de los modelos.Modelos: María Velasteguí, de la Agencia D.I.S; Mino Conti y Polina Cold. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Berbabé propone moda elegante y extravagante.Modelo: Mino Conti / Agencia D.I.S. Maquillaje: Eliberto Rodríguez. Cabello: Ramiro Macas. Estilismo: Darío Laz. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Un ‘outfit’ de la línea Tomboy de la marca lojana Mamu. Modelo: María Velasteguí / Agencia D.I.S. Maquillaje: Eliberto Rodríguez. Cabello: Ramiro Macas. Estilismo: Darío Laz. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Be:at propone ropa para criaturas globalizadas. Modelo: Polina Cold. Maquillaje: Eliberto Rodríguez. Cabello: Ramiro Macas. Estilismo: Darío Laz. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO