Con un cuchillo afilado, Mónica Molina corta el pedazo de pollo por la mitad, el cual es sazonado únicamente con sal y orégano. Mientras tanto, una sartén negra se calienta en la hornilla con un poco de agua. Después de un minuto, el pollo es colocado en la sartén.
La rutina de Molina ha cambiado. A sus 40 años optó por nuevos hábitos alimenticios debido al sobrepeso y al tratamiento nutricional en el que se encuentra. Actualmente pesa 73 kilos, 6 kilos menos que hace tres meses.
En otro recipiente están picados el brócoli y las zanahorias. Para los vegetales prepara un aderezo de cebolla perla, limón y sal. El nutricionista le ha prohibido por completo el consumo de aceites comunes.
La opción son las “grasas buenas“, es decir, las que provienen de leche descremada, panes o queso dietéticos.
A estos productos se suman las galletas, yogures y panes ‘light’, carnes (rojas y blancas) hechas al vapor a la plancha o al jugo. También aceitunas y frutos secos, como maní, avellanas y las semillas.
En la cocina de Molina, el vapor de la sartén indica que el pollo necesita cambiar de posición. Poco a poco los bordes de la carne empiezan a dorarse y en cuestión de minutos todo está listo. La ensalada y el pollo son acomodados en un plato blanco. Este es un almuerzo habitual en esa casa, aunque en ocasiones se agrega puré de zanahoria en lugar de papa.
¿Qué efecto cumplen estas grasas insaturadas? Reducen el índice de colesterol malo o también conocido como LDL. Y mantienen el índice de llamado colesterol bueno.
El médico que trata a Molina le sugirió que a media tarde tome café y un paquete pequeño de galletas dietéticas.
Según el Ministerio de Salud, en el país los casos de sobrepeso y obesidad son mayores en las mujeres que en los hombres. Es más común en la cuarta y quinta décadas de vida.
El caso de Gloria Marroquín es muy similar al de Molina. La osteoporosis y el dolor permanente de las rodillas le han motivado a bajar de peso.
En la cocina de su casa, Marroquín aliña con sal y pimienta un pedazo de pollo en un recipiente azul. Antes utilizaba grandes cantidades de aceite.
Cecilia Riofrío es nutricionista del Hospital de los Valles y sostiene que un error frecuente es freír los aceites de girasol, de maíz o de soya, porque al someterlos a este proceso automáticamente se convierten en grasas saturadas y pierden sus propiedades positivas.
“Diferenciar los tipos de grasas es importante para valorar la importancia de las mismas, ya que suprimirlas puede ocasionar problemas hormonales y ausencia de menstruación en las mujeres”, afirma Michelle Alvear, nutricionista del Hospital Metropolitano.
Mónica Molina cuenta que acostumbra a preparar los alimentos con anticipación para poder llevarlos a su trabajo. De esta forma no altera los horarios que le ha recomendado su médico. No hacerlo puede estancar el tratamiento y dificultar la reducción de peso.
Identifique los tipos de grasas
- Las grasas trans se encuentran en las carnes, las galletas y los aceites parcialmente hidrogenados.
- Las grasas saturadas están en los lácteos, los aceites de coco y de palma y en los alimentos que se fríen.
- Los ácidos grasos monoinsaturados son el aceite de oliva, los aguacates, las avellanas y el maní.
- Los ácidos grasos poliinsaturados están en los pescados azules como el salmón, la trucha y la sardina.
- 65% Es la prevalencia de sobrepeso y obesidad en las mujeres.