El Museo de la Cultura de Milán (Italia) abrió una muestra para analizar desde un punto de vista la obra del artista anónimo Bansky. Foto: Captura
Nadie sabe quién es. Su identidad y rostro siguen siendo desconocidos, pero sus obras suscitan fascinación. Para descubrir al misterioso artista urbano británico Banksy, Milán organizó una exposición no autorizada con 80 obras del rebelde grafitero.
Organizada en le Museo de la Cultura (Mudec), la exposición tiene un enfoque más bien académico, según explicó el comisario, Gianni Mercurio. Banksy no dio alguna autorización y por ello fue “muy difícil montarla, fue como trabajar con un fantasma”, reconoce el comisario.
El famoso grafitero, cuya obra mezcla denuncia política, ironía y poesía, rechaza desde sus inicios en los años 90 la comercialización del arte, se niega a exponer en una galería y suele criticar a su manera los precios desorbitados que alcanzan sus geniales creaciones.
Su página de Instagram cuenta con 5 millones de suscriptores y en su sitio web cuelga sus obras en línea, sin ningún comentario. “Banksy debe mucho de su éxito, o más bien de su popularidad, al hecho de que es un artista anónimo, lo cual es una contradicción en sí misma: la fama a través del anonimato”, comenta Mercurio.
Para el comisario se trata de hacer que el público entienda el arte de Banksy, su trabajo como tal y dejar aparte el impacto que el artista tiene en los medios de comunicación.
La rebelión, tema fetiche
Bajo el título El arte de Banksy, una protesta visual, la exposición parte de sus fuentes de inspiración, como el movimiento de mayo del 68 y analiza la rebelión, tema fetiche para el artista.
La serigrafía El amor está en el aire con un manifestante lanzando un ramo de flores en lugar de un cóctel Molotov, ilustra de alguna manera su visión de la resistencia pacífica.
Varias obras ofrecen un testimonio claro de cómo emplea la técnica de “desviar” el tema, al modificar elementos para cambiar su significado.
Es el caso de Flag, en la que utiliza la foto histórica de cinco infantes de marina tomada en 1945 durante una batalla en Japón de la Segunda Guerra Mundial por el Premio Pulitzer Joe Rosenthal para remplazar a los ‘marines‘ que colocaron la bandera estadounidense con niños rebeldes de Harlem, encaramados en un auto quemado.
En Turf War transforma al austero Winston Churchill en un ícono punk verde, un acto que llama “vandalismo creativo”. A las famosas ratas de Banksy , “odiadas” pero “capaces de hacer arrodillar a la civilización”, bandera del artista, la exposición dedica un buen espacio al desafiar el poder.
El arte de Banksy es tan satírico como comprometido y denuncia el consumismo, el imperialismo estadounidense, la guerra. “Banksy ha devuelto al arte callejero el componente rebelde y político que había sido abandonado, ese es un gran mérito”, explicó Mercurio.
En total la exposición presenta unos 80 trabajos, entre ellos cubiertas de vinilos y discos CD diseñados por Banksy, para Blur o Paris Hilton, trabajos que poco se conocen.
Un documental de 20 minutos y un espacio multimedia también revelan los lugares del mundo donde Banksy ha trabajado, desde Nueva York a Gaza, de Calais a Colombia.
“Fue rechazado por mucho tiempo por la sociedad”, cuenta Mercurio, pero cuando logró la autodestrucción parcial de una pintura que acababa de ser subastada en Londres por más de un millón de euros … sacudió el mundo del arte contemporáneo.