Concierto de la banda Arch Enemy en la plaza Belmonte, en Quito. En la foto la vocalista Alissa White-Gluz. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Los músicos de Arch Enemy descansaban en su hotel mientras en horas de la tarde del 12 de febrero, la fila para ingresar a la Plaza de Toros aumentaba con el paso de los segundos. Después de una pequeña prueba con los técnicos alemanes del grupo, los teloneros nacionales, Total Death, dejaron también apunto su sonido. Al poco tiempo se abrieron las puertas y las primeras personas empezaron a ingresar.
Según estos fanáticos de la música fuerte, en esta ocasión la revisión policial rayó en solicitarles que se retiraran los zapatos al momento de la requisa. Lo interesante sería saber si el mismo operativo se empleaba simultáneamente en el concierto que tenía lugar a la misma hora en el Coliseo Rumiñahui con los españoles Melendi y Jarabe de Palo.
Lo cierto es que ya dentro no importaba tanto ese detalle sino el lograr una buena ubicación. Con el paso de la hora marcada para el inicio del show ingresaba un poco más de gente aunque se notaba aún los claros, especialmente en la general. Entrada ya la noche llegó el transporte que traía a Arch Enemy. El quinteto liderado por el guitarrista Michael Amott y la vocalista Alyssa White Gluz cumplió entonces con un encuentro con fans que se ganaron ese derecho en concursos o a través de un pago extra a la entrada.
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Así llegó el turno poco después de Total Death. El cuarteto quiteño presentó su álbum ‘Inmerso en la sangre’ en un set de 25 minutos que calentó en algo los ánimos del público. Solo cuando sonaron los acordes de Tempore Nihil Sanate (Prelude in F minor) el público de todos los rincones del local mostró señales de vida. Era claro también que Arch Enemy estaba lista para saltar a un escenario quiteño por primera vez en su carrera.
Entonces llegó la explosión guitarrística de Amott y Jeff Loomis en Enemy Within del disco ‘Wages of Sin’. Desde ese momento estos mellizos de las seis cuerdas protagonizaron duelos de virtuosismo que pocas veces se pueden ver tan de cerca. A ellos se sumó el poder de la bella Alyssa, quien con su voz gutural, buscó ganarse desde el primer segundo al público, muchos de los cuales llegaron con la duda de si esta voz podría superar o igualar a la ex vocalista del grupo, Angela Gossow.
La banda internacional de metal melódico cerró su gira ‘War Eternal’ en Quito.
El grupo hizo un recorrido por temas de discos como el más reciente ‘War Eternal’ y de obras pasadas como ‘ Doomsday Machine’, ‘Khaos Legions’, Anthems of Rebelion y ‘Black Earth’. La respuesta del público fue acorde al despliegue de Alyssa y compañía. Si ella proponía seguir la melodía de las guitarras temas como Burning Angel o My Apocalypse, el público lo hacía mayoritariamente.
Había una presencia considerable de chicas dentro del público, algo que resulta refrescante en una escena caracterizada por sus altas dosis de testosterona. Esa presencia funcionaba también como un símil de lo que acontecía arriba con ese estilo que ha cultivado la banda y que consiste en combinar tanto la rapidez, técnica y agresión vocal del metal con melodías y estructuras llenas de armonía y sutileza.
Esta figura también se aplica a Alyssa quien con un look algo cyber punk, de rostro de porcelana y figura esbelta, logró mantener su técnica gutural durante todo el evento. Eso sí, ella necesito hacer uso de tanques de oxígeno en algunos momentos de la presentación debido a la falta de aire por la altura. Lo hizo muy sutilmente en partes instrumentales que no precisaban de su instrumento.
Sin embargo, el derroche de energía de la cantante y de sus compañeros no mermó pese a la falta de oxígeno. Así sonaron temas como Dead Eyes See No Future, No Gods No Masters, Under Black Flags We March y We Will Rise, tema con el que hicieron una salida falsa. Tras el cántico que urgía al regreso de la banda. Salió el guitarrista Loomis para realizar un solo de guitarra. Poco después lo siguió Amott y eventualmente el resto de la conformación instrumental.
Alyssa se dirigió en inglés en algunas ocasiones a sus seguidores, sin embargo no pasaba más que de arengarlos y presentar los temas. Eso sí, no ocultaba su sonrisa cuando contaba con la respuesta positiva de la gente. La noche se cerró con Snow Bound, Nemesis y Fields of Desolation. Al final, todos los integrantes se acercaron a las primeras filas a regalar baquetas, vitelas o la lista impresa de canciones. Tras una foto que inmortalizó la última ciudad de su gira latinoamericana, Arch Enemy se despidió bajo el sonido de Enter de Machine en los parlantes.