Don’t Stop Talking es un software desarrollado por tres estudiantes de la Espoch (Riobamba) para el concurso Challenge for Change, que lleva adelante Microsoft. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Las personas con hipoacusia (pérdida parcial de la capacidad auditiva) del Ecuador ahora cuentan con una alternativa. Un grupo de estudiantes de la Escuela Superior Politécnica del Chimborazo (Espoch) ha desarrollado un programa a través del cual la gente puede aprender lectura labio-facial sin la necesidad de estar a tiempo completo en terapias del lenguaje.
Don’t Stop Talking es un proyecto que se originó en las aulas de la Espoch, en una colaboración entre Shirley Martínez y Alexander Baldeón, estudiantes de Ingeniería en Sistemas. A ellos se unió Gabriel Cumbe, alumno de Ingeniería en Diseño Gráfico del mismo centro universitario y quien fue el encargado de crear la interfaz por medio de la cual el usuario entra en contacto con el software.
Este programa funciona de la siguiente manera. Como si se estuviera tomando una ‘selfie’, quien dirige la terapia graba y carga videos de sus lecciones en la plataforma de Don’t Stop Talking enfocándose exclusivamente en su rostro.
El programa identifica y amplía la zona de los labios, que es la parte que más interesa a los terapistas, ya que su propósito es que el paciente aprenda a reconocer cómo los labios van articulando las palabras.
Ya en la Nube, el usuario puede acceder a este material audiovisual con su computadora, teléfono celular o tableta para que pueda repasar lo aprendido durante las sesiones en los consultorios.
De esta forma, según estiman sus creadores, el período de terapias de este tipo se reduciría de 10 años a tan solo tres, ya que las personas podrán estar repasando constantemente, algo de lo que se ven impedidos debido a los costos de las sesiones y a que los terapistas no pueden enfocarse en una sola persona.
Con este proyecto, los tres estudiantes de la Espoch participaron en el Challenge for Change, una competencia liderada por Microsoft en que se buscan trabajos de innovadores en el planeta. En el momento, ellos se encuentran entre los 30 finalistas de este concurso, que a finales de mayo dará a conocer su veredicto.
Mientras esperan los resultados de una competencia que reunió a proyectos de más de 100 países, los desarrolladores de Don’t Stop Talking explican que uno de sus propósitos ha sido crear un programa de datos abiertos.
Esto implica que el usuario no solo podrá revisar el material de su terapista de cabecera sino que, además, podrá tener contenidos de otros especialistas del mundo.
Una de las ventajas de esto es que se potenciará el aprendizaje de la lectura labio-facial en cualquier idioma, gracias a estos videos de especialistas.