La Fundación Científica Charles Darwin (FCD) de las Islas ecuatorianas de Galápagos anunció este viernes el avistamiento de 18 nuevos volantones “sanos y fuertes” del pinzón de manglar, el ave más rara del archipiélago y que se encuentra en peligro crítico de extinción.
La organización académica precisó que los 18 polluelos surgieron de 9 nidos vigilados durante la temporada, en el marco de un proyecto de recuperación de la especie que arrancó en 2007.
Este resultado representa una de las épocas más exitosas desde que se inició el proyecto de recuperación del Pinzón de Manglar liderado por la Fundación Charles Darwin (FCD) con la colaboración del Parque Nacional Galápagos, remarcó la fuente en un comunicado.
El pinzón de manglar (Camarhynchus heliobates) es una de las 17 especies de “pinzones de Darwin” -que habitan solamente en estas islas- y es considerada como el ave más rara del lugar con una población de menos de 100 individuos distribuidos en dos lugares de la isla Isabela, la más grande y occidental del archipiélago.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha ubicado al pinzón de manglar en su Lista Roja de Especies Amenazadas y la ha clasificado en peligro crítico de extinción, amenazada por especies introducidas como la mosca vampiro aviar (Philornis downsi) y la rata negra (Rattus rattus).
La investigadora principal de la Fundación, Francesca Cunninghame, que lidera el proyecto, comentó que la aparición de los 18 nuevos volantones supone “un apoyo importante para la especie”.
Los polluelos que ya pueden volar se han dispersado por los manglares de “Playa Tortuga Negra y Caleta Black, siguiendo a sus padres a los sitios de alimentación”, apuntó la investigadora.
“Este número de juveniles representa un logro del esfuerzo” del grupo científico en el campo y “un aumento significativo para la reducida población” de pinzones de manglar, apuntó Cunninghame.
El equipo científico de la FCD identificó desde hace algunos meses 16 parejas reproductoras de la especie y localizó sus nidos para tratarlos con un insecticida inocuo, para reducir el impacto de las larvas de mosca vampiro, cuya presencia aumentan significativamente la tasa de mortalidad de los polluelos.
“Nuestro equipo enfrentó algunos desafíos y encontró que todos los polluelos estaban infestados con larvas de la mosca. Sin embargo, gracias a las técnicas utilizadas para lograr la sobrevivencia de cada anidada logramos asegurar la salida exitosa de los nueve nidos”, agregó la investigadora.
El proyecto contó con la colaboración del Instituto Smithsonian y SkyLines, organizaciones que facilitaron el desarrollo de técnicas de tratamiento de nidos con el uso de drones.
“Es importante que mantengamos los esfuerzos de conservación para proteger a los polluelos del pinzón de manglar, ya que siguen siendo afectados por el parasitismo de la mosca vampiro aviar”, agregó Cunninghame.
El hecho de que los volantones hayan salido del nido a su entorno natural, “guiados por las aves adultas, es fundamental para aumentar su supervivencia durante su primer año de vida”, explicó.
La FCD remarcó que “la conservación del pinzón de manglar sigue siendo una prioridad en la lucha por proteger la biodiversidad en Galápagos”.
El archipiélago de Galápagos, declarado en 1978 como patrimonio natural de la humanidad por la Unesco, está situado en el sudeste del océano Pacífico, a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador.
Por su exuberante biodiversidad es considerado como un laboratorio natural, que permitió al científico inglés Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.
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