En la zona de Madre de Dios, una de las estrategias para la conservación está enfocada en el turismo comunitario y ecosostenible. Foto: Cortesía Promperú
La recuperación y la implementación de nuevos modelos de gestión de las áreas protegidas son algunas de las propuestas para reforzar la lucha contra el cambio climático en el mundo. Pero la existencia de minería en zonas aledañas, la tala ilegal y la deforestación para cultivos son aún desafíos pendientes.
En Perú, donde se realizó el último encuentro para discutir sobre esta problemática, el 15% del territorio se encuentra bajo esta modalidad de conservación y aumenta a casi 18% si se incluye a las áreas protegidas regionales y privadas.
La minería ilegal ha sido una de las actividades más preocupantes y persistentes en este país y en las áreas protegidas que se encuentran en la frontera con Ecuador.
Benjamín Lau Chiong, asesor técnico de la Presidencia del Consejo Directivo del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), explica que la problemática relacionada con la minería ilegal se ha detectado con más fuerza en cinco áreas naturales protegidas.
La más afectada ha sido la Reserva Nacional Tambopata, ubicada en el departamento de Madre de Dios.
Las actividades ilícitas han sido constantes en esta zona de Perú desde hace alrededor de ocho años y se calcula que se han perdido 80 000 hectáreas en Madre de Dios debido a estas actividades ilícitas.
En febrero de este año se inició el Operativo Mercurio para erradicar esta problemática en esa zona. Lau Chiong cuenta que antes se realizaban intervenciones puntuales, pero la minería volvía a instalarse. Este operativo es diferente, dice, ya que es una intervención conjunta entre Fuerzas Armadas, Fiscalía y Policía Nacional. Además, una vez realizada la intervención, el personal se mantiene en la zona para que las actividades no aparezcan nuevamente.
Actualmente, las tareas están enfocadas en la recuperación de los ecosistemas con la reforestación de especies nativas de la zona. El desafío es generar actividades económicas en la zona para quienes se quedaron sin ingresos.
“Se debe dar una alternativa a la población para que no vuelvan a las actividades ilícitas”, explica Lau Chiong. Este organismo está evaluando otras opciones como cultivos agroforestales y el aprovechamiento de recursos forestales no maderables.
En otros casos, se busca la reubicación de estos mineros a zonas donde sí está permitida la actividad, cumpliendo parámetros ambientales.
En Madre de Dios existe un corredor minero donde se está tratando de ubicarlos. Lau Chiong dice que si esta actividad no se realiza en áreas protegidas o zonas de amortiguamiento, no se contrapone con la conservación del territorio protegido de la zona.
La actividad minera ilegal también es uno de los problemas en la frontera con Ecuador. Lau Chiong explica que, en la Cordillera del Cóndor, este es uno de los principales problemas que, además, ha causado la contaminación de los ríos Puyango–Tumbes. A esto se suma la tala ilegal.
Lau Chiong fue el jefe de la reserva Santiago Comaina que fue establecida en 1998 con dos millones de kilómetros cuadrados de superficie. En ese momento incluso se puso un precio a su cabeza debido a la lucha contra la actividad maderera ilegal.
El 50% del territorio que se desafectó eran tierras tituladas de las comunidades indígenas donde se hacía un aprovechamiento forestal ilegal y, con el apoyo de la población, se emprendieron los esfuerzos para controlar la problemática.
“En el tema de la erradicación siempre te decían que si seguías molestando ibas a tener problemas”, cuenta Lau Chiong. En la actualidad, uno de los mayores desafíos está en lograr mayor coordinación con la población local y, por supuesto, con los gobiernos de los países vecinos para articular esfuerzos que integren a estas áreas protegidas fronterizas al desarrollo de sus países y sus ecosistemas.