Una dieta rica en vegetales verdes, granos y frutas fue lo que comió Sara Campoverde, de 29 años, durante los nueve meses de su embarazo.
Hace dos años alumbró a Camilo, su primer hijo. Su médico tratante le indicó que este tipo de alimentos le proveerían de nutrientes que previenen malformaciones en los bebés.
Comía una vez al día espinaca o brócoli. Mientras más verdes son los vegetales, más ricos son en ácido fólico. Esta es una vitamina del complejo B que ayuda aprevenir defectos de nacimiento en el cerebro y la médula espinal. María del Carmen Álvarez, nutricionista del hospital de la Fuerzas Armadas, explicó que este nutriente también está presente en los granos secos como el fréjol, lenteja y garbanzo.
También está en las carnes rojas como la de cerdo y res y las vísceras. Otros nutrientes que ayudan en la formación sana de los bebés son los ácidos grasos esenciales, aquellos que no son producidos por el organismo.
Estos ácidos esenciales son los responsables de la producción de las proteínas. Entre ellos están el omega 3 y el omega 6.
Álvarez afirmó que estos ácidos esenciales ayudan a desarrollar el cerebro del niño, la motricidad y el corazón.
Por esta razón, su consumo es indispensable en la mujeres en etapa de gestación.
Entre los alimentos que aportan omega 3 y 6 están el aceite de oliva y canola, el aguacate, el maní, la sardina, la trucha, el salmón y en los cereales como la quinua y los chochos.
La genetista Mónica Ruiz explicó que el ácido fólico y los ácidos esenciales son cofactores que ayudan a mantener la fidelidad del ADN (ácido desoxirribonucleico). El ADN es la molécula que lleva la información hereditaria de los seres vivos.
Esta fidelidad de la duplicación asegura que la información genética contenida en esa molécula de ADN se transmita sin cambios, de célula a célula, generación tras generación.
Según Ruiz, cuando se pasa esta información de padres a hijos, en el proceso puede cometerse errores. El propio sistema biológico de la persona los corrige, a través de proteínas (enzimas) y de algunos cofactores entre los que están las vitaminas y minerales como el ácido fólico.
La genetista aclaró que los alimentos en ningún caso cambian o mejoran el material genético, sino colaboran en el copiado del ADN de la madre al hijo.
Esta ayuda es importante porque previene malformaciones genéticas como los Defectos de Cierre del Tubo Neural. Esta es una deformación del Sistema Nervioso que deja a la vista la médula espinal y no dentro de las vértebras de la columna.
ÁCIDO FÓLICO
El fréjol
Porción: Media taza
Contenido: 128 microgramos por cada 100 gramos.
La lenteja
Porción: Media taza
Contenido: 155 microgramos por cada 100 gramos.
La col
Porción: Media taza
Contenido: 88 microgramos por cada 100 gramos.
El brócoli
Porción: media taza
Contenido: 88 microgramos por cada 100 gramos.
La coliflor
Porción: media taza
Contenido: 88 microgramos por cada 100 gramos.
ÁCIDOS ESENCIALES
El aguacate
Porción: medita taza
Contenido: 1,68 gramos por cada 100.
El maní
Porción: Media taza
Contenido: 13,10 gramos por cada 100.
La sardina
Porción: 80 gramos
Cantidad: 1,4 gramos
por cada 100.
Las nueces
Porción: Media taza
Contenido: 46,76 gramos por cada 100.
La quinua
Porción: Media taza
Cantidad: 4,6 microgramos por cada 100.