Un sábado, un día ajetreado, se pueden llegar a preparar cerca de 34 hamburguesas en Vaco y Vaca. La favorita de los clientes es las OMG (Oh my God), que incorpora crujientes aros de cebolla.
Es raro encontrar mesas libres en cualquiera de los locales de Vaco y Vaca en Quito, sobre todo en las horas de almuerzo, lo que pone en evidencia la popularidad del negocio entre los habitantes de la capital. Los clientes suelen formar largas filas de entrada y están dispuestos a esperar los minutos que sean necesarios.