El amor que Julie, una ciudadana estadounidense de 51 años, tiene por su hija Breanna es inabarcable. La joven intentaba junto a Aaron, su esposo, concebir a su primer niño pero, pese a dos tratamientos de fertilidad, no lo logró. Entonces, su madre decidió convertirse en su sustituta gestacional para cumplir el sueño de la pareja.