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El frío era intenso en Cuenca el pasado 22 de febrero. Cerca de las 03:00, los féretros con los cadáveres de los emigrantes María P., de 25 años, y de su hijo Bryan, de 2 años, llegaron a la morgue del Hospital Vicente Corral Moscoso.
Los cadáveres estaban unos sobre otros, con las manos atadas hacia atrás y con los ojos vendados. El escenario: una vieja casona en Tamaulipas, México. Cuatro ecuatorianos murieron en esa masacre y Freddy L. logró sobrevivir.
La vigilancia policial se reactivó. Ayer, el jefe nacional del Sistema de Protección a Víctimas y Testigos de la Fiscalía, Cristian Lombeida, confirmó a este Diario que 10 familiares de Freddy L. continúan con seguridad de los agentes.
Esta mañana el ex ministro de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), William Murillo, pidió que el Presidente Rafael Correa se disculpe por los "insultos" que le adjudicó en el enlace sabatino pasado (4 de junio). "Usted Presidente tiene que rectificar. Le aceptaré una disculpa", dijo Murillo.
La cuenta bancaria fue creada para ayudar al único sobreviviente de la masacre en Tamaulipas, México, pero se encuentra a nombre de dos personas: Freddy L., quien en agosto logró escapar del ataque de Los Zetas, es el titular, y Williams Murillo, su apoderado.
El pueblo no ha cambiado desde agosto pasado. Es silencioso y solitario y parece no estar habitado. A media mañana, por las calles lodosas un campesino va a pastorear y quienes caminan a su lado conversan de las noticias de Fredy L. En este lugar del Austro vivía el joven que sobrevivió a la matanza de 72 emigrantes en Tamaulipas, México. Esto ocurrió el pasado 24 de agosto, cuando intentaban cruzar a Estados Unidos y fueron atacados por un grupo de la organización criminal de Los Zetas.
El joven estaba acostado boca abajo y solo escuchó cómo los ocho hombres armados dispararon y asesinaron a 72 emigrantes que intentaban llegar a Estados Unidos.