Pablo Repetto salió satisfecho con el rendimiento del plantel ante Fénix. Dijo que “los jugadores irán creciendo en su rendimiento a medida que pasen los partidos”.
Precisamente en la noche en que mejor había hecho su trabajo como entrenador en el eterno duelo con el Barcelona, José Mourinho tocó fondo como personaje. Su dedo en el ojo de Tito Vilanova, el "número dos" de Guardiola, fue la culminación de una cadena de despropósitos del entrenador del Real Madrid.