Negar la realidad no significa que no exista. Tampoco la dominación política encarna la posesión de la verdad. En esta especie de aforismo se encuentra el desarme unilateral del sistema de defensa nacional, disimulado con dotación de equipamiento, que no es específicamente para operaciones militares.
El Gobierno de Ecuador elogió el 1 de julio del 2016 el restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos y calificó la decisión de abrir sus embajadas como un hecho histórico y un triunfo de la soberanía y la solidaridad entre los dos pueblos.
Hay temáticas en la vida política nacional que nunca tienen el nivel del agotamiento, como aquellas que provienen de errores sustanciales que constan en la Constitución del 2008 en su séptimo año de vigencia. Uno de esos temas es la absorción de la soberanía popular, que le otorgó ese texto al novísimo y deslumbrante, Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs), formado por siete personas, al concederle facultades que siempre ejerció el Congreso Nacional –hoy Asamblea-, tales como designar al Procurador, Fiscal, Contralor, Consejo Nacional Electoral, Tribunal Contencioso Electoral, y al Consejo de la Judicatura. Inaudito este despojo esencial para que un Consejo, cuya mayoría hacen cuatro personas, designe a estos pilares en que se asienta todo gobierno, y dejar a la Asamblea sin esacapacidad jurídica.
El llamado a la solidaridad es un mecanismo político ideal para lograr la unidad nacional y la integración internacional. Su efectividad depende, sin embargo, de la existencia de un conflicto, como lo anota el filósofo Sorel en sus Reflexiones sobre la violencia.
Entrevista a Jaime Marchán, expresidente del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la UNO. El cree que Ecuador ha pasado por alto, al apoyar al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, la Carta de Conducta Democrática de Jaime Roldós, en la que los derechos humanos prevalecen sobre la agenda política de los Estados.
¿Qué tienen en común la soberanía de países como Ecuador, Corea del Norte, Cuba, China, Irán, Venezuela y hasta las exdictaduras del Cono Sur? Saque sus conclusiones.
Cuando un Estado es criticado por haber violado los derechos humanos, automáticamente la reacción de sus funcionarios es negar las acusaciones y, en muchos casos, pretender descalificar a los críticos. Hacen uso de mecanismos oficiales para el efecto y aluden a conductas censurables de otros para justificar la propia. Actúan -dicen- en defensa de la dignidad del país y de su soberanía. Sin embargo, frecuentemente, quienes así proceden saben que niegan lo que los hechos están demostrando. En otras palabras, falsean la verdad como pretendido servicio al Estado. Pocos tienen el coraje de recurrir a la autocrítica con el sano propósito de enmendar los errores.
1789 es un símbolo histórico, al menos para Occidente: en Francia se instaura la República y consuma el acontecimiento revolucionario con la decapitación del rey. En tumulto, el pueblo asiste a tal decapitación como si concurriese a una fiesta. La soberanía, se supone, pasa del monarca al pueblo, por ello la democracia debía ser la forma de organización política de la República. Solo así el soberano, es decir, el pueblo, podría tomar a su cargo la "res publica".
¿Es posible hablar de Estados soberanos en tiempos de globalización económica y de predominio de convenios, tratados y organismos internacionales? ¿Cómo armoniza la supremacía de los Estados, su capacidad de autodeterminación, con la creciente fuerza normativa internacional? ¿Cómo convive la voluntad de poder de los gobiernos con los derechos humanos cuya fuente son los instrumentos internacionales? 1.- ¿Qué es la soberanía del Estado?.- Soberanía es el poder que tiene el Estado para conducirse, dentro de la Constitución y la Ley, sin otro condicionamiento que su propia voluntad. Consiste en la facultad de autoobligarse y autodeterminarse. La soberanía se expresa como i) supremacía, que es la voluntad o poder superior, incontrastable, en el orden interno. Es el poder superior del Estado en su territorio y, por tanto, está por sobre todos los demás poderes locales, que deben obediencia a las leyes en virtud del deber jurídico general de subordinación.
La sesión del Pleno 166, en la que se analiza la adhesión del Ecuador a la Convemar, empezó a las 10:00.
El Estado es una paradoja que se mueve entre el poder de los gobernantes y los derechos de las personas, entre la soberanía como factor y excusa de dominación y la responsabilidad por las condiciones de seguridad en que debe desarrollarse la vida, entre la autonomía que se proclama y la dependencia en que se vive. Es la paradoja que está marcada por la constante oscilación entre la arbitrariedad y los límites. En ese escenario de paradojas y contradicciones, uno de los personajes incómodos es, sin duda, la propiedad.