La muerte, un tema tabú para muchas culturas, en México es motivo de fiesta y tradición una vez al año, cuando panteones, casas y calles del país se llenan de flores, velas, papel picado y calaveras coloridas para honrar a los fieles difuntos.
La catedral de la ciudad de Ambato es una exclusiva muestra de una 'conciliación' entre el catolicismo europeo y la cosmovisión andina, en la que se representa a Dios como una figura natural y no humana.
La arquitectura colonial de tres iglesias de la antigua Riobamba (actual Cajabamba), abunda en detalles que representan el sincretismo cultural de esa época. Vasijas y figuras humanas, símbolos del cristianismo y del paganismo se muestran en las fachadas.
La iglesia de la Virgen de la Roca en Pungalá, una pequeña parroquia indígena perteneciente a la provincia de Chimborazo, tiene una arquitectura similar a la de la iglesia de las Lajas, Ipiales, Colombia.
Tres terremotos y 481 años después, la iglesia de piedra de Balvanera, construida por indígenas puruháes bajo la dirección de los españoles, sigue intacta. Y muestra el sincretismo de las dos culturas.
Con un Cristo vestido como tsáchila, esta nacionalidad busca preservar sus creencias a través del sincretismo religioso. Antes de la colonización y evangelización (1964), los tsáchilas veneraban a la diosa del río, llamada Mapia en el idioma nativo tsáfiki.