Son un alimento ancestral, pero su consumo recién empieza a popularizarse. Con el ‘boom’ de los superalimentos y de la alimentación saludable por la pandemia, se habla ahora de los beneficios de las semillas de chía, linaza, lino; también de las de cáñamo, calabaza, girasol, ajonjolí, amapola y hasta de las semillas de sandía.
La productividad de maíz es cada vez superior en los cultivos ecuatorianos. Las semillas híbridas de alto rendimiento permiten a los agricultores cosechar más en una misma superficie.