Encontrándonos impagos desde hace diez meses y con el propósito de reclamar nuestra jubilación patronal como extrabajadores del IESS, el viernes 28 de marzo acudimos a la Rendición de Cuentas de las máximas autoridades de la institución. Calles cerradas, policías por doquier, escuadrones antimotines, centenares de “observadores” con carteles de apoyo y confianza para sus líderes, todo listo para escuchar el ansiado informe.
Dos discursos retóricos nos presentan una realidad de sueño que contrasta con lo que día a día viven los afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Se pasan dos videos de dos beneficiarios agradecidos. Termina la rendición, no hay preguntas, no hay debate. Que pasen al refrigerio. Imagino que los vivas de los “observadores” significaban aprobación. Ignoraron nuestro reclamo. Rindieron cuentas al “soberano”. Más elementos para que el profesor William Blake los incorpore a su tratado sobre “el milagro ecuatoriano”. ¿No será mejor ahorrar todos esos gastos inútiles para no explotar el Yasuní?