Cuando Pedro Guamán y su hija Rosa se encontraban para cada chequeo, había palabras de cariño, besos y abrazos. Ella confía ciegamente en los consejos de su padre sobre el cuidado en el embarazo y el postparto. Entre fines de enero e inicios de febrero, Rosita, de 26 años, quiso estar cerca de don Pedro, uno de los 32 parteros registrados en Guamaní, sur de Quito.
Le pidieron sacarse los zapatos y recostarse en una camilla del centro de salud de Caupicho. Juana Chulli y Pedro Guamán solo miraron los pies y el vientre de Tatiana Romero para saber que su bebé, de 22 semanas de gestación, estaba mal encajado.