La centroizquierda chilena, que gobierna casi sin interrupciones desde hace casi 30 años, podría quebrarse tras la decisión del Partido Demócrata Cristiano (PDC), el mayor de la coalición, de restarse de las primarias del conglomerado y de ir, en cambio, directo ala primera vuelta de los comicios presidenciales del 19 de noviembre de 2017.