La violencia desatada especialmente en dos cárceles de Guayaquil deja ver cómo las bandas criminales han ido consiguiendo mayor poder. Este Diario cruzó información con agentes asignados a la investigación de este tema, quienes dicen que con la intención de tomarse territorios dentro de las penitenciarías, los cabecillas y sus colaboradores comenzaron a reclutar a integrantes de pandillas que pagan condenas o a integrantes de pequeñas redes delictivas.