En la región sudafricana de Mogosani, una manada de burros deambula bajo el sol, parándose a su antojo para pacer, ajena a la amenaza que ronda: el tráfico de piel de asno para satisfacer la medicina tradicional china.
Después del rinoceronte por su cuerno y el elefante por los colmillos, una nueva especie mucho menos exótica sufre en África los estragos de la demanda asiática: el burro, cada vez más codiciado en China por unas pieles a las que atribuyen propiedades curativas.
Poco a poco, la rutina diaria que se comienza a sentir a esta altura del año nos empieza a generar un gran nivel de estrés. Problemas en el trabajo o los estudios, la presión social o el cansancio que resulta de viajar todos los días al trabajo pueden ser la causa de la presión y cansancio.
No se sabe si será un empujón o un golpe de gracia, lo único seguro es que la entrega la próxima semana del Nobel de medicina a la farmacóloga china Tu Youyou hizo converger todas las miradas en la medicina tradicional, en la que ella se inspiró.
Las pócimas hechas con escorpión y otros bichos o cuerno de rinoceronte son algunos de los muchos pretendidos remedios a los que recurren muchos tailandeses reacios a curar sus males con los fármacos empleados en la medicina convencional. "Los caballitos de mar son buenos para los pulmones y mezclados con salamandra en una pócima con hierbas ayudan a curar los problemas de riñón", dice Ar-Muay, propietaria de una botica de medicina tradicional de entre las muchas que hay el centro de Bangkok. La mayoría de los estantes de esta farmacia en la que se asesora al cliente, están repletos de frascos que contienen tallos y hojas de plantas y productos preparados de acuerdo a lo establecido por la milenaria farmacopea china, además de tradicionales brebajes tailandeses, como los elaborados a base de nidos de golondrina, jengibre o ajenjo. También hay recipientes con ciempiés, raras cucarachas del campo y escorpiones disecados, a los que atribuyen cualidades para mejorar la presión sanguínea y
El análisis del ADN de muestras de remedios tradicionales chinos reveló sustancias potencialmente tóxicas, alergenos e incluso restos de animales en peligro de extinción, según un estudio australiano publicado hoy en EEUU.