¡Valerosas mujeres!, con nombres apenas conocidos, que representan el anonimato de la maternidad pero que, quizás sin pretenderlo, contribuyeron a configurar aspectos esenciales de nuestra cultura
El académico estadounidense Michael Handelsman abrió esta semana en Guayaquil el simposio de la Universidad de las Artes (UArtes) por el centenario de la muerte del poeta ecuatoriano Medardo Ángel Silva. Los poetas modernistas reivindicaronotras maneras de expresar nuestra humanidad -dice- y lucharon contra la distorsión que supone definir a lo útil solo como lo estrictamente rentable, todo un gesto de decolonialismo.
La editorial ecuatoriana Paradiso Editores presentó en el marco de la quinta edición de la feria Libre Libro, una nueva edición de la biografía canónica del poeta Medardo Ángel Silva (1898-1919) escrita por el historiador Abel Romeo Castillo (1904-1996), un volumen que lleva por título ‘Medardo Ángel Silva: vida, poesía y muerte’.
Una conferencia magistral del académico e investigador estadounidense Michael Handelsman, ecuatorianista y profesor Emérito de la Universidad de Tennessee, abrió un simposio por el centenario de la muerte de Medardo Ángel Silva, uno de los ejes centrales de la feria Libre Libro de Guayaquil. La Universidad de las Artes (UArtes) inauguró este miércoles 17 de julio de 2019 en la Biblioteca de las Artes la quinta edición de Libre Libro, Encuentro de Editoriales Independientes y Feria de Libros.
Al final de sus años de adolescencia, Medardo Ángel Silva tenía claro que el Guayaquil de la segunda década del siglo XX estaba dividido en dos mundos: El del día; que le parecía odioso, lleno de vulgaridades y cuerpos sudorosos, y el de la noche; donde las cosas feas se fundían con el aleteo de la brisa y en donde la gente reposada buscaba otros matices y aromas.
Tres días después de concluido el mural conmemorativo de Medardo Ángel Silva por el centenario de su fallecimiento, que se recordó este 10 de junio, el rostro multicolor del poeta pintado en un muro de la Casa de la Cultura, núcleo del Guayas (Cceng), apareció garabateado con rasgos caligráficos en lo que fue denunciado como ‘pseudo-graffitti’.
En uno de los pasillos de muros blancos del Cementerio Patrimonial de Guayaquil, en el bloque 02-C0035 cercano a la Puerta No. 3, se instalaron los jóvenes músicos de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Colegio República de Francia, que acompañaron al tenor lírico Giulian Morales en la interpretación de El alma en los labios.
Hoy (10 de junio del 2019) se cumplen 100 años de la muerte del talentoso poeta guayaquileño Medardo Ángel Silva reconocido por ser parte de la generación de ‘Los decapitados’ y autor de ‘El alma en los labios’, un poema convertido por Julio Jaramillo en uno de los pasillos más populares del cancionero nacional.
El alma en los labios es la obra por la que más se lo conoce en la cultura popular. Sin embargo, la obra literaria de Medardo Ángel Silva incluye otros poemas que hoy, 10 de junio del 2019, se recuerdan en centros culturales del país en el marco del primer centenario de la muerte del escritor guayaquileño.
La estampa icónica de Medardo Ángel Silva con sus anteojos ‘quevedos’ (sin aumento), su traje de paño en los inicios del siglo XX en Guayaquil, fuese con sombrero o sombrilla, se corresponde con la que le atañe a un poeta. En tono burlón, el propio autor escribió que para ser un poeta modernista de su tiempo, bastaba con usar el pelo largo y lentes de carey, inyectarse opio, fumar morfina, presentarse como raro, contar la vida íntima al próximo e incluir en la poesía una sonata de Chopin, una cisne, una princesa y una luna.
La figura de Medardo Ángel Silva, ícono de la literatura ecuatoriana, fue exaltada como de "poeta musical" y "un escritor total", que destacó también en su faceta de cronista del Guayaquil marginal y un narrador.
La obra poética de Medardo Ángel Silva alimenta los diálogos y es fuente de inspiración de la cinta ‘Medardo’, que recorre la vida del escritor guayaquileño y se estrena en cines este viernes 5 de junio. El filme ambientado en el Guayaquil de 1919, trae a la vida los versos de amor y muerte del poeta de la Generación Decapitada.
En el primer día de rodaje, la actriz venezolana Lupita Ferrer le regaló un tarro de vitaminas a Julio Ortega. A la reconocida intérprete de telenovelas le impresionaba que un actor tan joven se arriesgara a interpretar a Medardo Ángel Silva. “Yo veo de pronto a un Al Pacino teniendo dificultades con este papel”, observó Ferrer, quien en el filme interpretó a la madre del poeta guayaquileño.