Cuando en Ecuador se veía al petróleo como un mero instrumento comercial, Luis Cumbal avizoraba una nueva concepción en torno a este recurso. Eran los años ochenta, en ese paréntesis entre la bonanza petrolera y la crisis financiera ecuatoriana. Para el flamante ganador del Premio Nacional Eugenio Espejo, el petróleo era más que una fuente de ingresos de una nación; era el factor determinante para entender ciertos cambios en los ecosistemas de la Amazonía. ¿Pero qué hacer en un país donde los estudios ambientales eran realizados por ingenieros civiles y químicos? Pues buscar en nuevos horizontes las herramientas necesarias para ayudar al medio ambiente a través de una carrera profesional.