Son 20 años de una hegemonía absoluta. Barcelona no puede ganar a Liga en el estadio Rodrigo Paz Delgado. Partido tras partido el récord generó una enorme expectativa y una extraordinaria respuesta mediática y presencial que jamás dependió de campañas, números o posición de sus protagonistas.
La falta de diversidad entre los actores nominados a los próximos premios Oscar ha provocado un auténtico terremoto en Hollywood, donde este martes seguían alzándose voces indignadas.
Inmersos en la búsqueda de la hegemonía total, donde no exista ni un solo espacio para la discrepancia con los poderes locales, los gobiernos pertenecientes a la corriente populista en boga han dirigido sus baterías a atacar a los medios de prensa y periodistas que no se hallan alineados con sus proclamas. La receta se volvió conocida: hostigamiento, sanciones, nueva normativa, ataques verbales; en fin, un corolario que hiciera reconsiderar a quienes se atreven a expresar su opinión, para evitar chocar con la maquinaria de respuesta orquestada desde los Estados. En ese proceso se ha hablado reiteradamente que lo que importa es que la población se halle informada “objetivamente” por los medios bajo control estatal. Muchas veces se esgrimió como ejemplo para avanzar en esa cruzada el rol que tenían en países europeos entes que, aparentemente, se manejaban por profesionales que estaban distantes de la disputa política, realmente independientes, sobre los cuales recaía la tarea de informar