Fausto Quinde no habla ni escucha, pero con el lenguaje de señas se hace entender. Sus alumnos tienen discapacidad auditiva y siguen con atención sus movimientos y expresiones que los realiza con las manos, los ojos, el rostro, la boca y el cuerpo.
El exmarchista olímpico Fausto Quinde, de 42 años, no habla ni escucha, pero con el lenguaje de señas se hace entender. Sus alumnos tienen discapacidad auditiva y siguen con atención sus movimientos y gestos