El excremento es el protagonista de uno de los éxitos editoriales del momento en Japón: una escatológica colección de libros que pretende hacer más llevadero el aprendizaje de los 1 000 signos -conocidos como kanji- que los japoneses deben aprender durante los primeros seis años de educación primaria.
Caminar con la mirada al piso, esquivando posibles obstáculos, se ha vuelto una práctica común en la urbe. En las aceras, parterres o parques, los transeúntes primero observan que el espacio esté despejado para dar un paso. El propósito es evitar mancharse con excrementos de animales.