El rechinar de los engranajes de la maquinaria, mezclada con el crujido de las piedras debajo de la vía férrea, da aviso de la llegada del tren a la estación ubicada en el centro de Milagro, en la provincia del Guayas. El insistente pitido de la locomotora le permite abrirse paso de entre los pobladores y vehículos que transitan en los alrededores de la parada.