Una sutura de cinco puntos en la cabeza, ojos hinchados por los golpes, dos costillas rotas y la pérdida de un diente. Estas fueron las secuelas de la golpiza que sufrió Miguel. Ocurrió en un baile mientras bebía con sus primos y celebraba las fiestas de Quito en el 2011. Era la noche del 5 de diciembre.