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El movimiento de las manos cautiva a Paulina León. Y esa “danza aérea”, como ella la llama, es la que la llevó a montar El Coro del Silencio, un espectáculo en lenguaje de señas que se presenta hoy (18:30) en la Alianza Francesa de Quito.
Una multitud de niños y jóvenes llegó a las puertas de la Catedral de la Inmaculada; era viernes y el público se congregó en las afueras del templo. Ellos son los integrantes del coro de niños y de jóvenes del Conservatorio José María Rodríguez, de Cuenca.