Carlos Mosquera Benalcázar Qué envidia el señor Mujica. Hizo de todo en su vida, hasta dilapidar 15 años metido en un calabozo del que escapó tres veces para ser nuevamente apresado. “No hay mucho lugar en donde esconderse en Uruguay”, sentenció. Cumplidos sus cinco años de gobierno, simplemente se va para que venga Vázquez o Lacalle. Mujica ha puesto positivamente a Uruguay en los ojos del mundo, porque sus decisiones difíciles y polémicas fueron bien meditadas y plenas de buena fe. Los uruguayos ‘adivinaron’ aquello y si no fuera porque su Constitución lo prohíbe lo reelegirían; allá sí han sabido respetar la Carta Magna. Nutridas anécdotas matizaron su Gobierno, como las suscitadas con la presidenta argentina y el señor Blatter dueño de la FIFA. Sus ‘imprudencias’ más bien provocaron risa y se dijo: ‘Así mismo es el viejo’. Quienes fueron a su casa humilde a entrevistarlo, se toparon con dos guardias vestidos de civil en la puerta y que no se molestaron en rebuscarles. En el patio d