El paisaje quiteño nos regala cada mañana un nuevo cuadro, se puede apreciar la silueta de la cordillera oriental de Los Andes a través de las nubes.
La mejor hora para hacer deporte es muy temprano en la mañana. Al despertar tenemos más energía y nos sentimos más activos. Si a esto se suman los horarios de trabajo, madrugar es la opción más efectiva. Esto trae además otra ventaja, la posibilidad de conocer y admirar los paisajes del amanecer quiteño.