El presidente de la República, Guillermo Lasso, dijo días atrás que es necesario construir edificios con identidad de género. Sin embargo, este concepto tiene que ver con personas.
Sobre este término son comunes las confusiones. La principal ocurre con la orientación sexual, que no es lo mismo que identidad de género. Esta última tampoco es igual a expresión de género.
La identidad de género es la percepción que tiene una persona sobre considerarse hombre o mujer, explica Lorena Pillajo, miembro de la Red Ecuatoriana de Psicología por la diversidad Lgbti+. También están las personas no binarias, que no se identifican con ninguno de los dos.
Por otro lado, la orientación sexual se refiere a la atracción que se presenta desde la adolescencia por el sexo opuesto o el mismo sexo. Esto se relaciona con características biológicas o anatómicas.
La socióloga trans lesbiana Nua Fuentes explica que el sexo se refiere al macho o viril, la hembra o femenil y a la persona intersexual (conocida como hermafrodita).
Y la expresión de género tiene otra explicación. Se refiere a una cuestión estética, explica la socióloga. Es decir, si una persona se ve masculina, femenina o andrógina (con ambas características).
Por qué entender la diferencia
En el país hace falta sensibilización e investigación sobre la identidad de género, además de un marco legal claro que ampare a personas trans (con el género opuesto al sexo con el que nacieron). La psicóloga Pillajo señala que esta población únicamente se puede apoyar en el artículo 11 de la Constitución, que se refiere a la no discriminación por estas razones.
Fuentes indica que al no haber una lectura correcta de la identidad, suceden vulneraciones en otros ámbitos de la vida de la población sexogénero diversa. Ella recuerda que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) ya ha señalado que cuando no hay reconocimiento adecuado de la identidad de género se produce inseguridad jurídica, fallas en procesos judiciales o administrativos, entre otras vulneraciones.
Frente a esto, Danilo Manzano, director de Diálogo Diverso, considera que son necesarias varias acciones. Entre ellas están la educación en derechos humanos desde la infancia, la sensibilización a servidores públicos y privados y los procesos inclusivos en el Estado.
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