Los milagros. El restaurante trabaja con productos orgánicos y recetas patrimoniales. Por ejemplo, el líquido del locro de papa lo realizan con arroz licuado para darle cremosidad, tal como lo hacían los quiteños en la época colonial. Sabores
La experiencia gastronómica no solo se centra en la presentación de los platillos o los sabores de los menús. La esencia de una buena preparación también se la encuentra en los espacios donde esta se vive. Y en tres restaurantes de la ciudad se puede vivir esta particularidad a plenitud.
La Casona El Descanso, Los Milagros y el Hotel Casa San Marcos ofrecen experiencias a los comensales que van más allá de un buen platillo. Estos tres espacios son parte de la propuesta culinaria de la ciudad y, además, se encuentran asentados sobre una porción de historia de la misma.
En el caso de La Casona El Descanso, este museo–restaurante funciona en una casa colonial de finales del siglo XVIII. Por varios años estuvo abandonada hasta hace unos tres años, cuando el restaurador Fausto Merchán recuperó los espacios originales de este inmueble ubicado en la calle Ambato, frente al expsiquiátrico San Lázaro.
Casona El Descanso. Sus menús se trabajan bajo reservación. Una de sus propuestas consta de una entrada de empanada de verde con queso manaba y lomo a la pimienta con ensalada fresca. Sabores
Casona El Descanso. Sus menús se trabajan bajo reservación. Una de sus propuestas consta de una entrada de empanada de verde con queso manaba y lomo a la pimienta con ensalada fresca. Sabores
Al poco tiempo de los arreglos, el chef Milton Rivadeneira Burbano planeó junto con Merchán la puesta en escena de un restaurante que guarde la esencia de este espacio patrimonial. En la actualidad, los comensales que ingresan al sitio reciben una visita guiada por los cuatro pisos de la casona para conocer de cerca los modos de vida y la manera de construir en la época colonial.
Entre piezas de arte y murales llenos de color, el visitante se adentra poco a poco a la vida del siglo XVIII y XIX. Aquí, por ejemplo, se puede aprender a elaborar el pan en horno de leña. Y ya en el momento de acercarse a la mesa, el comensal vuelve nuevamente al presente gracias a un menú personalizado que fusiona sabores de la Costa y de la Sierra.
Casa San Marcos. El Hotel realizará un festival del café del 1 al 6 de diciembre. En estos días se podrán degustar cafés ecuatorianos de exportación y postres tradicionales de la ciudad. Sabores
Casa San Marcos. El Hotel realizará un festival del café del 1 al 6 de diciembre. En estos días se podrán degustar cafés ecuatorianos de exportación y postres tradicionales de la ciudad. Sabores
A unas cuantas manzanas de esta casona se encuentra otra edificación que también cuenta con parte de la historia colonial y republicana: el Hotel Casa San Marcos. Ubicado en el barrio homónimo, este lugar fue originariamente una mansión construida bajo la dirección del arquitecto José Jaime Ortiz (quien también trabajó en la edificación de la basílica de La Merced).
En la actualidad, esta mansión colonial ofrece una experiencia hotelera íntima para sus huéspedes. Cada una de las habitaciones son una suerte de museos del arte colonial, republicano y moderno. Y para conocer de cerca sus secretos, por las fiestas de Quito se realizará -del 1 al 6 de diciembre- una experiencia gastronómica bajo la guía de los expertos de la Cofradía del Café del Ecuador. Entre las 16:00 y 19:00, los comensales podrán conocer más sobre la historia del sitio y probar una taza de café filtrada con métodos tradicionales y modernos.
Los milagros. El restaurante trabaja con productos orgánicos y recetas patrimoniales. Por ejemplo, el líquido del locro de papa lo realizan con arroz licuado para darle cremosidad, tal como lo hacían los quiteños en la época colonial. Sabores
Un poco más hacia el oriente, en el barrio La Loma, se encuentra Los Milagros. Esta cafetería funciona junto a la capilla del Señor de los Milagros, la cual fue construida en el siglo XVII. Aquí, Fausto Caballero, administrador, quiere que los comensales accedan a una propuesta gastronómica-cultural. Una muestra de ello son los espectáculos de danza tradicional que ofrecen a los visitantes mientras estos consumen platillos en base a recetas de hace dos o tres siglos.
Según cuenta Caballero, el esplendor de la capilla del Señor de los Milagros había quedado en el olvido debido al poco conocimiento que se tenía de esta y a los problemas sociales que se vivió en La Loma en las últimas dos décadas.
Con la aparición de iniciativas como el Centro Cultural Mama Cuchara y la activación de restaurantes tradicionales, La Loma nuevamente recuperó parte de la seguridad de sus calles. Y esta fue la oportunidad para que Caballero propusiera que la antigua casa parroquial de la capilla funcione como un restaurante-cafetería.
Para mantener el espíritu colonial del sitio, el chef John Palacios y la ‘sous’ chef Jazmine Díaz realizan platillos con base en productos orgánicos y recetas que rescatan de libros antiguos y tradiciones culinarias de taitas y mamas de mercados de Imbabura, Chimborazo y demás. Con ello quieren que el comensal no solo se deleite con el arte colonial de este espacio religioso, sino que también disfrute de ciertas preparaciones de la época. A final de cuentas, para ellos la cocina es una expresión que deleita al paladar, el olfato y la vista.