Valeria Heredia. Redactora (I)
A un año y casi un mes del primer caso reportado de covid-19, Ecuador
sigue con niveles altos de ocupación hospitalaria, en especial en las
unidades de cuidados intensivos (UCI). A inicios de semana, el uso de
camas para pacientes críticos alcanzó el 86,8% del total instalado en
el país.
Las cifras se incrementan en ciudades con más contagiados. Quito, por
ejemplo, encabeza la lista nacional, con
99 000 infectados, hasta ayer. En la urbe, las áreas críticas están
casi llenas (97%).
“Ante el aumento de pacientes trabajamos en ampliaciones, usamos áreas
como la cafetería, endoscopia y carpas. Pero estamos llegando al
límite”, alertó Álvaro Gaibor, gerente general del Hospital Quito Sur,
del Seguro Social (IESS).
A esta casa de salud llegan hasta 250 pacientes diarios, de los cuales
entre 20 y 25% requieren ser internados. El viernes, las 319 camas de
hospitalización y las 45 de UCI estaban llenas. Mientras que la lista
de espera era de 45 personas.
“El 22 de marzo haremos nuestra última expansión en el área crítica,
que tendrá cuatro camas: tres para covid-19 y una para otras
patologías; más seis camas para cuidados intermedios”, adelantó el
funcionario.
Un plan similar se tiene en el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM),
del IESS. “Las salas de hospitalización se transforman en salas covid.
El área de recuperación postanestésica se convertirá en otra unidad de
intermedios, con camas de UCI. En total, aumentarían 40 espacios”,
explicó Freddy Maldonado, intensivista.
Pero admite que pese al incremento, los lugares se llenarán
rápidamente. A esto se suma el cansancio del personal sanitario, el
tiempo de ocupación de camas y la falta de insumos y medicamentos en
varios hospitales del país.
Varios médicos consultados cuentan que no hay sedantes, como
midazolam, propofol, analgésicos como fentanilo, remifentanilo y
algunos antibióticos. Se usan en los pacientes críticos con
ventilador, por lo que son vitales para ellos.
Las clínicas privadas también se adecuaron para combatir la pandemia.
El Metropolitano funciona con dos áreas: la de covid-19 y la de otras
patologías. La primera cuenta con cinco sitios en UCI y 16 en
hospitalización. “La ocupación es variable, siempre nos preparamos
para enfrentar niveles altos”, dijo Raúl Jervis, director.
Jorge Andrés Wills, presidente ejecutivo de Veris, anota que la
pandemia obligó a hacer reformulaciones en las atenciones. “Se
potenciaron la telemedicina, la farmacia y el laboratorio a domicilio.
Actualizamos protocolos de manejo, diagnóstico, etc.”.
Así lograron siete millones de atenciones y más de 150 000 pruebas de
diagnóstico para confirmar o descartar el virus.
“Ahora se buscará potenciar esas atenciones y aumentar los
tratamientos de pacientes crónicos y niños”.
La relajación de las medidas de bioseguridad y las aglomeraciones son
dos factores que inciden en el crecimiento de contagiados. Si este
comportamiento sigue, lo más probable es que el número de contagiados
supere los 324 000 hasta el último día de este mes y se complique la
situación sanitaria, precisó Raúl Delgado, experto en modelaciones.
Rodrigo Henríquez, catedrático y epidemiólogo, coincide con el
especialista y señala que “una alternativa es la vacunación masiva,
más la detección y rastreo desde la comunidad. Eso último es una
deuda”.
Además, los ciudadanos deberán mantener el uso de mascarillas, el
lavado de manos y el distanciamiento hasta el próximo año, recomendó
Andrea Manzano, docente de Medicina de la PUCE. El Gobierno anunció
que vacunará al 70% de la población hasta noviembre. Para ello se han
previsto 20 millones de dosis; solo el 1,5% ha llegado al país.